Seguros y coches autónomos parecen, en teoría, no encajar bien. Si hacemos caso a todas las informaciones y predicciones, parece que, en el futuro cercano (quizás en pocas décadas), no habrá accidentes de tráfico, ni atropellos… y, por tanto, nos podemos preguntar, ¿qué pasará con el sector seguros? ¿Desaparecerá el seguro de automovil?
La realidad es bien diferente, y si bien es cierto, o puede serlo, que los coches autónomos reduzcan los siniestros al mínimo más absoluto, existen otras áreas que sí demandarán un seguro. Suele suceder esto con la evolución tecnológica en el caso del empleo, por ejemplo: desaparecen algunas profesiones y empleos, pero surgen otros que no conocíamos, ni anticipábamos. En el caso de los seguros, sucederá lo mismo.
El analista de Bloomberg, Alejandro Zamorano, resume el futuro del sector de manera muy precisa:
No contemplamos que los ingresos de las compañías de seguros de auto experimenten un declive repentino como consecuencia de la llegada de los vehículos autónomos. Más bien, esperamos un cambio gradual en el tipo de productos de seguro de automóviles, así como nuevas fuentes de ingresos para las compañías aseguradoras.
Esto se puede explicar fácilmente. Con la llegada de los vehículos autónomos, lo primero que cambiará será la titularidad del seguro del coche: pasará de ser cosa del propietario o conductor, a ser responsabilidad del fabricante. Esto puede hacer que las compañías de seguros deban cambiar sus estrategias, y parte de su modelo de negocio, pero más que ser un perjuicio, será un beneficio a largo plazo.
Además, aunque se cumplan las previsiones que indican que la siniestralidad tocará fondo y será prácticamente inexistente, existen muchos aspectos que asegurar en los que, hasta hoy, no habíamos caído. También existe un período de transición con el que no se suele contar, y en el que los conductores utilizarán a veces las funciones de conducción autónoma, pero otras veces tomarán el control.
Esto significa que las compañías de seguros pueden dar cobertura a los individuos, mientras practiquen la conducción manual, y a los fabricantes en cuanto se active el modo autónomo.
Por otra parte, a pesar de que los siniestros bajen en número y frecuencia, su ocurrencia será más cara. Los coches autónomos están plagados de sensores y tecnologías que, en el fondo, son extraordinariamente caras. Una colisión que perjudique a importantes sistemas como el radar, el LiDAR o las cámaras de alta resolución implica que hay que cubrir daños por mucho valor.
Una cobertura que no contemplamos hoy es la que asegure el vehículo frente a los ciberataques. A pesar de que se repite y se asegura que el software de los coches autónomos será muy seguro frente a este tipo de ataques, no existe una seguridad al 100%, y el riesgo que conlleva un ataque exitoso es enorme: desde lo más «inocuo» como puede ser abrir el coche para robar en el interior, hasta lo más peligroso como tomar el control total del coche. Este tipo de cobertura tendrá mucho recorrido.
Como podemos comprobar, lejos de encontrarse ante un callejón sin salida, el sector asegurador se encuentra ante un reto de enormes proporciones, pero con buenas perspectivas. Dependerá de la capacidad de adaptación de las compañías el asegurarse un futuro exitoso con la llegada de los vehículos autónomos.
Una respuesta a ¿Qué pasará con el sector seguros con la llegada del coche autónomo?