La generación Millennial es uno de los grupos de interés que más atrae a las empresas de seguro por su perfil consumidor. Según un informe publicado por Fundación MAPFRE, este colectivo comprendido entre 18 y los 33 años son auténticos nativos digitales, están constantemente conectados, son sociales, críticos y exigentes, entre otras muchas cualidades. Los Millennials captan cada vez más la atención de grandes marcas, como demuestran algunos iconos de este fenómeno juvenil, que pueden influir en millones de seguidores bajo la fiebre youtuber. Este nuevo escenario ha dejado patente la brecha digital que está obligando a las empresas a adaptar productos y servicios.
Esta generación Millennial se encuentra en un momento vital asociado a numerosas transformaciones de convivencia, sociales y económicas. Están altamente formados, pero en el plano laboral no encuentran las oportunidades para las que se han preparado durante años, siendo conscientes de la importancia del seguro como garante de la estabilidad.
Sin embargo, esta conciencia no se refleja en un mayor conocimiento de otros ámbitos (coberturas, riesgo, fiscalidad, pensiones…). Según el informe, seis de cada diez jóvenes aún viven con sus padres, lo que provoca una falta de contacto con el seguro (a excepción de los seguros obligatorios de automóvil), lo que hacen destacar otro dato relevante: sólo el 46,7% de los encuestados considera tener un nivel de cultura aseguradora sobre la media, alto o muy alto.
La buena noticia es la predisposición a modificar esta conducta, en la que el 77,2% de los encuestados coinciden en que son los suficientemente maduros como para conocer en detalle cómo funcionan los seguros, y no sólo dentro del ámbito familiar como reflejan los datos. La experiencia personal (conversaciones, recomendaciones, etc) es una de las principales fuentes de información para conocer mejor el seguro.
El ahorro, considerado como otra medida de prevención para hacer frente a situaciones no esperadas o cubrir algún objetivo concreto, divide a esta generación según la forma de entender este término. Por un lado, los que consideran que ahorrar debe estar justificado por la necesidad de cubrir algún objetivo definido, como realizar algún viaje o una compra deseada y con una previsión en lo económico más cortoplacista, frente a los que piensan que el ahorro no tiene un horizonte temporal cercano ni va asociado a la necesidad de guardar un dinero por un motivo especial. Este último segmento, e independientemente de su disponibilidad económica, es el que representa al 50% de los millennials.
Pensando en el futuro y en las fórmulas de ahorro de cara a disponer cierto dinero para la jubilación, el 28% de los jóvenes contemplaría contratar un producto específico para completar su pensión.
El desconocimiento que en general tiene esta generación sobre el seguro se traslada a la baja atracción que les genera trabajar en una compañía aseguradora.