La apertura de las piscinas es algo que esperamos todos con ansia, sobre todo porque en muchos lugares de España aprieta el calor. En muchas urbanizaciones, las piscinas hacen las delicias de los más pequeños, y de los mayores, que pueden acudir a refrescarse con la comodidad de estar en sus propias casas.
Sin embargo, ante la apertura de las piscinas debemos redoblar la atención y la vigilancia sobre niños, y también sobre personas mayores o que puedan tener alguna dificultad. Hemos de recordar que hay que respetar al agua, y no solo hablamos del mar, el río o los lagos naturales, sino también en las piscinas, donde cada año se dan decenas de incidentes, y algunos de ellos con graves consecuencias.
En un estudio de la FUNDACIÓN MAPFRE con el objetivo general de describir las características de los ahogamientos y otros eventos de riesgo vital que ocurren en la temporada estival en las playas españolas, y también se ocupa de que quede reflejado el caso de las piscinas privadas, con recomendaciones clave como que se utilicen vallados perimetrales con cierres en las puertas, y sin huecos por donde puedan acceder a la misma los niños sin acompañante.
Los datos son preocupantes, pero como siempre, han de estudiarse con distancia y con sentido común:
- En el año 2012 murieron por ahogamiento un total de 438 personas, y en 2013 perdieron la vida 422 personas, en España.
- En ocho de cada diez casos, las víctimas son varones y casi el 80% de los ahogamientos se producen en espacios naturales.
- Las horas a las que se producen más incidentes son entre las 12 del mediodía y las 14.00 horas y entre las 18.00 y las 20.00 horas.
- Las edades con mayor número de accidentes son entre los 5 y los 9 años de edad, entre los 20 y 24 años y entre los 50 y los 54 años.
Jesús Monclús, Director del Área de Prevención y Seguridad Vial de FUNDACIÓN MAPFRE, destaca estas claves para que el baño sea algo seguro:
Bañarse acompañado, no alejarse de la orilla en espacios acuáticos naturales, mojarse antes de entrar al agua, evitar las comidas abundantes antes del baño, no hacerlo si se siente mucho frío o cansancio, pedir ayuda cuando se ve a alguien en peligro y recordar que el número de emergencias es el 112
No hay que olvidar que un ahogamiento no va a tener las señales que, típicamente, tenemos asociadas al trance: en el cine estamos acostumbrados a ver pataleos, chapoteo, gritos y una serie de señales muy claras que alertarían al resto de bañistas o al socorrista. En la vida real, el ahogamiento no produce esas señales inequívocas, sino que es algo silencioso, y producto, a veces, del agotamiento de las víctimas.
Foto | Hernán Piñera
Según tengo entendido hay que prestar especial atención a los niños entre 5 y 7 años. A esa edad creemos que ya son suficientemente autónomos para bañarse solos (que lo son, de ahí el gran peligro) por lo que relajamos la supervisión. El problema es que se pueden agotar en un momento dado sin parar de jugar o nadar o percibir ellos las señales de agotamiento como peligrosas.
Hay una version en Español del articulo de Mario Vitonne sobre los signos de una persona que se ahoga que hicimos hace 5 años en este enlace. sería interesante que lo actualizasen. http://mariovittone.com/2010/08/el-que-se-ahoga-no-parece-ahogarse-2/
Gracias