El smartphone, las tabletas y el ordenador se han integrado plenamente en nuestras vidas, hasta el punto de que no podemos prescindir de estos dispositivos para trabajar. Pero, según alertan los expertos, su uso intensivo está dando lugar a “enfermedades tecnológicas”. Estamos desarrollando lesiones nuevas debido principalmente a movimientos repetitivos o posiciones incorrectas.
Algunas de estas dolencias hasta cuentan con su propia terminología, como el “cuello de texto” o “Text Neck”: aparece por adoptar una mala postura al inclinarse sobre los dispositivos o al colocarlos en la oreja. Esto causa tensión en la columna vertebral y en los músculos de esa zona. Prevenir este dolor resulta muy sencillo. Basta con mantener el cuello erguido en su posición natural, equilibrando el peso de la cabeza.
Los mensajes escritos a través de aplicaciones móviles se están imponiendo a las llamadas de voz. Y eso está pasando factura especialmente a los más jóvenes, que no paran de teclear con los pulgares. Como consecuencia, los tendones de este dedo o de su base se hinchan y duelen. Es lo que los médicos llaman tenosinovitis. También contribuye a desarrollar esta dolencia el uso de videojuegos y la postura en la que se coge el teléfono. Esta lesión se evita con el descanso de los dedos y con métodos alternativos de escritura, como las notas de voz, según recomiendan los fisioterapeutas.
El “codo de selfie” aparece cuando se estira el brazo para poder tomar una autofoto. Adoptar esta postura tan antinatural de forma continuada presiona los músculos y los tendones del codo y provoca una picondilitis, según explica la American Academy of Orthopaedic Surgeons. Sus síntomas son similares a la patología “codo de tenista”: dolor en el codo (sobre todo por la noche) y debilidad cuando agarras algo.
Estas nuevas lesiones y dolencias se suman a otras ya conocidas por el uso del ratón, la dependencia psicológica al teléfono móvil o la vista cansada por estar continuamente mirando las pantallas. Pero, afortunadamente, se pueden prevenir fácilmente, empezando por reducir el uso.
Foto: Susanne Nilsson
Una respuesta a Las nuevas dolencias tecnológicas y cómo prevenirlas