El mercado de los altavoces equipados con inteligencia artificial está creciendo considerablemente. De acuerdo con los datos de GlobalData, en 2020 se superarán los 200 millones de dispositivos instalados en hogares de todo el mundo y la cifra aumentará a más de 500 millones para 2023. Cada vez más fabricantes de tecnología cuentan entre su oferta con estos asistentes virtuales que van más allá del hardware, ya que proporcionan valiosa información sobre los usuarios.
Esa misma inteligencia artificial que permite a los “smart speakers” interactuar por voz con los usuarios también podría salvar vidas: investigadores de la Universidad de Washington han desarrollado un sistema con esta tecnología capaz de escuchar el sonido que emite la respiración agonal o agónica, asociada con el paro cardiaco. Esta dificultad para respirar se traduce en jadeos y sonidos guturales y en la mitad de los pacientes supone la antesala a un paro cardiaco.
Un altavoz con este sistema de inteligencia artificial integrado podría detectar este patrón anormal de respiración, sin necesidad de contacto, y generaría una alarma con los servicios de emergencia para poder practicar una reanimación cardiopulmonares (RCP). En las pruebas efectuadas hasta ahora con altavoces y teléfonos inteligentes, el algoritmo detectó el 97 por ciento de los eventos de respiración agonal, sin apenas falsas alarmas, según el informe publicado en la revista npj Digital Magazine.
Como no existen mediciones estándar de este tipo de respiración y tampoco se puede reproducir en un laboratorio, uno de los retos de los investigadores fue desarrollar el algoritmo mediante sonidos similares. Para superar este desafío utilizaron grabaciones de las llamadas a los servicios de emergencia de pacientes que sufrieron un paro cardiaco. Y para simular el ruido ambiental, los científicos se basaron en estudios del sueño polisomnográficos de doce pacientes, en los que se capturaron audios de ronquidos y episodios de apnea obstructiva.
“Para abordar los problemas de privacidad, prevemos que nuestro sistema se ejecute localmente en los dispositivos inteligentes y no almacene ningún dato”, explican los investigadores. Aunque es una tecnología incipiente que dejaría fuera a aproximadamente el 50% de las víctimas de paros cardíacos por no presentar respiración agonal, supone un paso más para luchar contra un problema de salud pública generalizado.
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