El smartphone se ha convertido en una herramienta imprescindible en todos los ámbitos de nuestra vida doméstica y profesional. Con ellos podemos trabajar, disfrutar de nuestro ocio o, como es el caso que nos ocupa, cuidar de nuestra salud.
Las aplicaciones de salud disponibles para smartphones (ya sean Android o iOS) se cuentan por decenas, y a estas hay que sumar los muchos dispositivos wearables que existen en el mercado. Estas pulseras de monitorización, relojes inteligentes y otros dispositivos son capaces de recopilar datos relativos a nuestra salud.
Por otro lado, muchos hospitales están empezando a trabajar con aplicaciones móviles que permitan a los pacientes realizar gestiones sencillas. Por ejemplo, ya es posible pedir cita con el médico sin tener que llamar por teléfono o acudir al centro de salud. También se puede agilizar el paso por urgencias en algunos hospitales madrileños.
La aplicación que ha puesto en marcha el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid sirve para mejorar su experiencia en el centro y contribuir a la humanización de la asistencia en urgencias. Los hospitales universitarios Rey Juan Carlos (Móstoles), Infanta Elena (Valdemoro) y General de Villalba también han introducido esta funcionalidad. La idea detrás de esta aplicación, Portal del Paciente, es agilizar la espera en el servicio de urgencias de manera activa. Si un paciente pasa por valoración (o triaje) y obtiene un tiempo de espera superior a otros pacientes —en triaje se prioriza a los pacientes en función de la gravedad de su caso, no por orden de llegada—, recibirá un SMS en el que se le indica que puede rellenar un formulario informativo.
Dicho formulario hace las funciones de una consulta previa, pues se invita al paciente a responder a preguntas acerca del motivo de la consulta, si hubo visitas anteriores al servicio por el mismo proceso, si siente dolor o molestias, y de qué intensidad, etcétera.
Pero el cuidado de la salud a través del smartphone va más allá. Las enfermedades cardiovasculares o la diabetes, entre otras, tienen en la tecnología un aliado estratégico. Los cada vez más avanzados dispositivos de monitorización permiten no solo registrar parámetros como el ritmo cardíaco, sino interpretarlos.Esto se hace a través de algoritmos de machine learning avanzados, queson los encargados de traducir los datos recogidos en alertas, por ejemplo, en el caso de detectar una anomalía o un indicio de enfermedad.
Con la progresiva mejora de las técnicas de monitorización y el desarrollo de algoritmos inteligentes más eficaces, el diagnóstico anticipado de las enfermedades será posible. Esto es tan solo el principio