Sea la voz tu herramienta de trabajo —profesores, actores, periodistas, cantantes, teleoperadores, entrenadores…—o no, en invierno debemos cuidar más las cuerdas vocales para seguir usándolas sin problemas día tras día. Además, el frío favorece los resfriados y la gripe, por eso ahora hay que ser más precavidos para prevenir infecciones respiratorias.
El aire frío y seco inhalado reseca las cuerdas vocales rápidamente. Por eso una buena hidratación resulta fundamental. Al beber ocho vasos de agua u otros líquidos al día mantenemos la mucosa laríngea con una buena lubricación y evitamos la afonía o cualquier otro trastorno vocal.
No olvidamos que es preferible que los líquidos que tomemos no deben estar ni muy fríos ni muy calientes, ya que así su ingesta reseca aún más la zona. Con los alimentos sólidos pasa lo mismo,nada de ingerirlos directamente de la nevera, sácalos con anterioridad para que atemperen.
Otro buen consejo, aunque parezca básico, es abrigarse bien la zona del cuello con una bufanda o un pañuelo. Proporciona la suficiente calidez para estar protegidos y lo que es más importante, evita cambios bruscos de temperatura. Y cuando la calefacción reseca demasiado el ambiente, una alternativa eficaz son los humidificadores.
Para no forzar las cuerdas vocales, es mejor evitar sitios ruidosos. Estos ambientes obligan a hablar más alto de lo normal para conversar con alguien. Carraspear parece que alivia, pero sucede justamente lo contrario, aumenta la tensión vocal.
El hábito de fumar perjudica seriamente tu salud y muy directamente a tu garganta. El humo, así como las bebidas alcohólicas, incrementan aún más la irritación. Por el contrario, una dieta sana aportará las vitaminas y nutrientes necesarios para que el sistema inmunológico cumpla su función y proteja frente a alteraciones de la voz, bacterias y virus.
Aparte de todo esto y con el fin de evitar una sobrecarga, deja que tu voz descanse y mantente en silencio de vez en cuando. Al parecer, la laringe que no está preparada para hablar más de 50 minutos seguidos, según la Asociación Española de Otorrinolaringología.
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