Para cualquier trabajador, el salario es un gran incentivo. Que sea acorde con su valía, que le permita vivir dignamente, disponer de ahorros, adquirir bienes,… Digamos que alcanzar un buen salario es un objetivo importante en la vida laboral de un trabajador, pero afortunadamente, no es el único. Cada vez más empresas se empeñan en otorgar a sus empleados otros beneficios, y a eso se le ha comenzado a llamar el «salario emocional«.
En pocas palabras, el salario emocional es un concepto según el cual, en el salario del trabajador se incluyen cuestiones de carácter no económico. La finalidad de estas retribuciones emocionales es satisfacer las necesidades personales, familiares y profesionales del trabajador. Significa tratar de mejorar la calidad de vida del empleado y de fomentar la tan ansiada (y necesaria) conciliación laboral.
Lo que el dinero no puede comprar
Hay una diferencia fundamental entre ganar más dinero, y poder adaptar el horario de trabajo para llevar y recoger a los niños al cole. Esa diferencia es la calidad de nuestra vida, la posibilidad de que vida familiar y laboral se complementen, y que una no ponga en jaque a la otra. Que una empresa otorgue esos beneficios a sus empleados es un plus que el propio trabajador valora como positivo, y puede ser, incluso, factor diferenciador frente a otras empresas a la hora de optar a un puesto de trabajo.
Las principales ventajas del salario emocional para la empresa están bastante claras:
- Índices de rotación del personal bajos.
- Reducción de gastos en relación con la selección, formación y administración del personal.
- Niveles bajos de absentismo.
- Empleados satisfechos, son empleados con elevados índices de productividad y competitividad.
¿Es verdad que un empleado puede ser más receptivo a lo que la empresa le pida si dispone de un buen salario emocional? Basta con ponernos en el caso: ¿qué darías por poder trabajar desde casa esos días en que tu hijo está enfermo, en cama? ¿Te gusta trabajar sin apenas contacto con tus compañeros, o prefieres llevarte bien con ellos y disfrutar de una jornada en el campo, toda la plantilla de tu departamento?
Son esas pequeñas cosas que, por nosotros mismos, no haríamos, pero que muchas empresas tienen en su agenda y que no dejan de ser estrategias para favorecer un mejor ambiente de trabajo, una mayor cercanía entre trabajadores (de cualquier rango) y, por tanto, ayudan a generar un sentimiento que ayuda a mejorar en rendimiento, productividad y espíritu de empresa.
Sin ir más lejos, MAPFRE es una de las empresas que promueven el salario emocional mediante actividades deportivas, culturales y de ocio, concursos, fiestas y jornadas de puertas abiertas concebidas para empleados y a veces también para sus familias. Es una buena manera de fomentar el espíritu de equipo, ¿verdad?
Foto | Josué Goge