Europa celebra la Semana de la Movilidad y a ella se suman numerosas ciudades para, a través de esta iniciativa, concienciar sobre la contaminación y el uso excesivo – a veces, incluso, irracional- del automóvil y, específicamente, del coche particular.
Una Semana en la que se busca la reflexión y la promoción del vehículo sostenible, proponer alternativas, fomentar el transporte público, la movilidad eléctrica, los coches compartidos, la bicicleta o ir a pie y que culmina mañana, 22 de septiembre con la celebración del Día sin coches; una jornada en la que participan más de 2.500 ciudades europeas.
Un año más, las participantes limitan el acceso de vehículos a motor privados y fomentan el uso de alternativas y, sobre todo, dan visibilidad a la multimodalidad como forma de moverse en las grandes ciudades. Todo ello dentro de la importante tarea de recordar que el uso excesivo del coche, no sólo genera problemas de movilidad urbana y contamina, sino que produce un ruido que también es perjudicial y que incide directamente en la salud y en el deterioro de la calidad de vida.
Y es que la lucha contra el cambio climático empieza en las ciudades, en las personas y en el uso que hacemos de lo que los centros urbanos nos ofrecen. Por eso tenemos que recurrir a otras alternativas, mucho más saludables para los ciudadanos, al coche particular.
No debemos olvidar los problemas de salud que genera la contaminación – la Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de 1,7 millones de defunciones infantiles anuales, consecuencia de la contaminación ambiental– y que podría disminuir al reducir el número de tubos de escape que expulsan óxido de nitrógeno (NOx), dióxido de carbono, monóxido de carbono, partículas en suspensión (PM), óxido de azufre, ozono… al aire que respiramos
La lucha empieza por celebrar el Día Europeo sin coches y acabará porque esta jornada, concienciados todos, sea -dentro de un tiempo- solo un recuerdo.