Cuando surgieron los primeros móviles, unos ladrillos considerables, nadie pensaba que se iban a convertir dispositivos multiusos. Con los coches puede pasar algo parecido. Te contamos por qué.
Pagas por lo que consumes
Como sucede con la factura de teléfono, en la que pagas en función de los minutos consumidos, los datos y la “letra” del terminal, también influirá la frecuencia con que utilicemos el coche como en las plataformas colaborativas de car sharing en las que ofrecen coches por horas o días. Depende de cuánto tiempo lo uses, así pagarás por kilómetro recorrido, gasolina consumida, seguro, depreciación… En esa línea, BMW acaba de lanzar el servicio ReachNow en Seattle, que cobra 41 centavos por minuto y recuerda a la dinámica con que alquilamos las bicicletas: la coges para desplazarte a otro punto de la ciudad y luego la dejas aparcada en los espacios habilitados. Es un programa piloto que se extenderá a otras ciudades de EEUU.
Cada vez más para el ocio
El teléfono se ha convertido en un dispositivo para mucho más que llamar, sobre todo para el entretenimiento: es una cámara de fotos, un reproductor de música, una vía para la diversión en redes sociales e internet, etc. Los coches también han integrado pantallas para que cada vez estemos más entretenidos cuando viajamos. Y si pensamos en los coches autónomos aún se ve más claramente esta tendencia: cambia por completo la distribución del espacio interior para amenizar los trayectos, como proyectan los ingenieros de Rinspeed XchangE.
Mismo hardware, distintas actualizaciones
Así como el nuevo software en los teléfonos inteligentes está ayudando a que estos permitan más funciones y esto importa a la hora de comprar uno u otro teléfono, con los coches parece que va a suceder igual: importará más el software y no tanto la carrocería que, si es bonita, se conserva así con el paso de los años. Sin embargo, si se queda obsoleto el software hace mella en la experiencia de usuario. En el coche Model 3 de Tesla ya importa más la versión del “sistema operativo” que el año de fabricación.
Vía | Thrillist