El sector del automóvil, estratégico en España, va a cambiar más en los próximos 10 años de lo que lo ha hecho en los últimos 50, y su adaptación a esa evolución es lo que definirá el futuro de esta industria fabricante. El sector de la automoción supone el 10% del PIB, con 17 fábricas en España e importantes inversiones en I+D (en el mundo, el sector invierte 40.000 millones de euros en I+D).
Este sector, como señalan desde ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), está atravesando una transición absoluta hacia un nuevo modelo de negocio que tiene que ver con cómo se va a vender el coche y qué tipo de coche se va a vender.
El futuro
Los fabricantes de automóviles se están convirtiendo en prestadores de soluciones de movilidad. Y su futuro apunta a coches de bajas o cero emisiones, compartidos, conectados autónomos… Estamos ante un nuevo modelo de movilidad, una evolución, un cambio que tiene mucho que aportar para favorecer a colectivos de más edad y en general para todos; redundará en la renovación del parque automovilístico de España (con una edad media que supera los 12 años), lo que significa menos emisiones de CO2, mayor calidad del aire, y mejora de la tecnología de protección y seguridad vial.
La industria está trabajando para aportar al mercado un vehículo eléctrico mucho más sencillo de manejar -lo que facilita su uso a gente mayor-, de un vehículo conectado, con una pantalla que va aportando diversa información de tráfico, carreteras o de dónde hay un parking. Y por otro, de un vehículo compartido gracias a distintas plataformas.
Pero, sobre todo, se plantea algunas cuestiones fundamentales en este nuevo entorno: cómo regularlo; quién va ser el propietario de los datos de un vehículo conectado, cómo se van a gestionar y el riesgo de ciberseguridad implícito; y cómo hacer para que en España de verdad se desarrollen plataformas en torno a estos servicios de movilidad.
Eso sí, lo más importante es que el ser humano sigue estando en el centro de todo, tanto desde el punto de vista de la fabricación (nueva tecnología en las factorías para ayudar a los trabajadores), como del cliente, que ahora demanda cosas distintas. MAPFRE y Deusto Business School, han abierto una línea de trabajo en torno a esta realidad a través de Ageingnomics que propone una reflexión en torno a la ‘Economía del Envejecimiento’.
Una respuesta a Los incumbentes en el futuro de la movilidad: la industria del automóvil