Ante tomar un suculento pastel y una fruta, esta última resulta mucho más saludable y, sin embargo, a veces optamos por el dulce aun sabiéndolo. Y es que los humanos no somos completamente racionales. Aunque tratamos de tomar decisiones racionales, nuestra capacidad cognitiva y fuerza de voluntad están limitadas, según sostienen los expertos en el campo de la economía conductual o economía del comportamiento (Behavioral Finance). Esta disciplina incorpora la psicología (sobre todo las ramas cognitiva y conductual) a la economía y las finanzas personales convencionales.
La concesión del Nobel de Economía 2017 al economista conductual Richard Thaler, uno de los referentes en economía del comportamiento, impulsó este campo y sus técnicas ahora se aplican a las políticas públicas y en el marketing (conocidas como nudges o impulsos). En 2008, junto con Cass R. Sunstein, Thaler publicó el libro Nudge: Improving Decisions about Health, Wealth, and Happiness. En esta obra, los autores proporcionan ejemplos de nudging que tratan de influenciar en las personas sin afectar la elección, y todos se encuadran en lo que denominan paternalismo liberal. Liberal porque permite a las personas tomar las decisiones que desean, paternalismo porque les proporciona la mano guía de un “padre”. Su lema: “Si quieres que la gente haga algo, hazlo fácil”. Este “padre” (o “arquitecto de elección”) se encarga de organizar el contexto en el que las personas toman decisiones.
Los autores ponen como ejemplo de este paternalismo liberal el de la directora de un colegio que haría de “padre o arquitecto de elección” de los alumnos al poder decidir dónde sitúa los alimentos en el comedor de la escuela para que los niños tengan más a mano los alimentos más saludables. De esta manera, no obliga a los pequeños a tomar nada pero al cambiar la disposición y situarlos más a su alcance puede influir en las decisiones de los niños sobre qué comer.
Como parte de la economía del comportamiento, las finanzas conductuales explican cómo actúan los inversores y analiza la forma en que el comportamiento afecta el mercado. La economía conductual asume que los inversores no son completamente racionales en sus acciones, sino que sus decisiones están influidas por las emociones humanas, las cuales provocan decisiones irracionales.
Precisamente, MAPFRE AM ha lanzado recientemente al mercado un fondo de inversión cuyo objetivo es explotar las ineficiencias causadas por el comportamiento de los participantes del mercado, el MAPFRE Behavioral Fund.
MAPFRE AM ha desarrollado una metodología propia que tiene como objetivo ofrecer un rendimiento superior al del mercado de renta variable europeo, sobre la base de que los inversores a menudo reaccionan de manera exagerada e irracional. El proceso de inversión del fondo está diseñado precisamente para identificar, analizar y capitalizar tales situaciones.
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