Los planes de previsión asegurados (PPA) pertenecen a la modalidad de seguros de vida-ahorro. Son productos muy similares a los planes de pensiones (con iguales ventajas fiscales y los mismos límites de aportación). Su principal diferencia con los planes de pensiones es que garantizan una rentabilidad por ley al vencimiento de la póliza. Además, también se obtiene una rentabilidad en función de la gestión realizada por la entidad gestora con el dinero aportado por el titular del seguro.
Los PPA están dirigidos a personas con una edad cercana a la jubilación (mayores de 55 años) y con un perfil ahorrador conservador (que no quieren arriesgar). Como sucede con los planes de pensiones, el dinero invertido en un PPA no puede recibirse hasta la jubilación, excepto en algunas situaciones como dependencia, invalidez, enfermedad grave y desempleo, entre otras (son idénticas a las previstas en la ley para los planes de pensiones).
Es importante saber que ahorrando a través de estos productos no solo estamos asegurando una mejor situación económica al jubilarnos, sino que mientras tanto puedes pagar menos impuestos cada año. Esa desgravación en la declaración de la renta es el principal atractivo tanto de los PPA como de los planes de pensiones. Cuanto más dinero se aporta al PPA, mayor es la desgravación sobre la base imponible, teniendo en cuenta que la legislación fija un máximo a aportar cada año. Si es menor de 50 años, podrá desgravarse como máximo al año 10.000 euros o el 30 % de sus rendimientos de trabajo. A partir de 50 años, la cantidad menor entre 12.500 euros y el 50 % de dichos rendimientos.
MAPFRE comercializa dos PPA: PPA MAPFRE PENSIONES, que permite ahorrar con aportaciones realizadas cada año y contando con participación en beneficios al vencimiento, y PPA MAPFRE JUBILACIÓN, orientado a los que no quieran comprometerse con una cantidad fija y prefieran destinar ocasionalmente aportaciones para su jubilación.
La rentabilidad asegurada de los PPA ha disparado la demanda de este tipo de productos. A 31 de marzo de 2013, se registraron 1.218.411 asegurados en España con un PPA, un 30 % más que un año antes, según los datos de Unespa, la patronal de las aseguradoras. Debido a la crisis económica, la prioridad del partícipe ha cambiado: prefieren productos conservadores con una rentabilidad garantizada y menor que la de otros más arriesgados, condicionados a los resultados del mercado y sin garantías). Buscan antes la seguridad que la rentabilidad o la liquidez.
Tanto si te decantas por un plan de pensiones como por un plan de previsión asegurado, debes saber que si contratas uno puedes cambiarte al otro sin problemas, sin penalización económica de ningún tipo y sin perder derechos económicos. Es decir, que puedes trasladar todo o una parte del dinero ahorrado de un producto a otro tantas veces como quieras (incluso al de otra entidad gestora). Esta posibilidad de traspasar el dinero se conoce como movilizaciones o traslados. De esta manera, se puede optimizar la rentabilidad de los productos para la jubilación. Estas movilizaciones pueden efectuarse también entre distintos planes de pensiones del sistema individual.
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