De acuerdo al análisis realizado por los expertos del Servicio de Estudios de MAPFRE en el informe Panorama 2017, el ejercicio pasado se caracterizó por ser el año en que se alcanzó un consenso global: Los países desarrollados han mantenido durante demasiado tiempo tipos de interés de largo plazo en una banda anormalmente baja. Este estancamiento secular supone un contexto en el que los agentes anticipan unos tipos de interés, de inflación y de crecimiento deprimidos de manera permanente, pese a algunos casos paradigmáticos de crecimiento constante como el de Estados Unidos.
¿Qué factores de oferta y demanda se encuentran detrás de este estancamiento?
Un menor crecimiento de la productividad, una menor aportación del factor trabajo, la contracción del capital debido a la caída de inversión, la pérdida del atractivo inversor, el incremento de la aversión global al riesgo y la represión financiera. son varios de las razones que indica el estudio.
A estos factores de contracción se suma un proceso global de desapalancamiento y también aquellos motivos relacionados con la menor oferta, como el menor crecimiento , la caída de la población, el incremento de la desigualdad, la acumulación de reservas en países refugio y una política monetaria en países desarrollados con tipos de interés de banda baja.
Como consecuencia de estos entornos de bajo crecimiento, la renta de los hogares se ven afectadas, y por ende, el consumo y la inversión, puesto que los ingresos y la rentabilidad del sector corporativo (financiero y no financiero) proporcionan a los mercados, lo que tiene efectos negativos sobre la liquidez y la solvencia.
¿Qué soluciones se pueden plantear para cambiar el ciclo?
El debate respecto a cómo desanclar la economía del equilibrio constante que supone el estancamiento secular, pone necesariamente el foco en la política fiscal. En 2017 se consolidará la visión de generar un espacio de políticas públicas en el que la política fiscal ayude a restablecer el equilibrio.
Se ha creado un consenso en el sentido que la política fiscal debe ubicarse en el centro de una combinación de políticas públicas que contemplen no solamente la reactivación de la actividad y la inflación sino que además garanticen ganancias de productividad a través de políticas más estructurales, y de manera coordinada con la política monetaria puedan acomodar el impulso fiscal parra que realmente tenga el efecto esperado.
¿Cómo evolucionará el sector asegurador internacional ante este escenario?
Pese al escenario actual de estancamiento, el escenario base planteado por el informe Panorama 2017 anticipa un crecimiento de las primas del negocio total a nivel global (medidas como la media de sus tasas de crecimiento), en media, cerca del 8% entre 2016 y 2018, en términos nominales. Los países desarrollados crecerían alrededor del 6% y los emergentes por encima del 10%
En ambos casos, este escenario implica una aceleración del negocio asegurador tanto en los mercados desarrollados como en los emergentes. El análisis indica que gran parte del impulso del crecimiento de las primas a nivel global estará muy relacionado con el negocio del Seguro de Vida Ahorro, dado el previsible repunte en los tipos de interés de largo plazo a nivel global y, especialmente, entre los países desarrollados.