El reto de las ciudades para muchas personas con discapacidad visual es enorme. En un mundo cada vez más visual, las personas con deficiencias en la visión siguen en desventaja con respecto a los demás, pero, afortunadamente, la tecnología puede ayudar mucho.
Existen numerosos proyectos que se basan en aprovechar las posibilidades de comunicación con la propia infraestructura de la ciudad que pueden eliminar barreras para las personas invidentes o con problemas visuales.
De la misma manera en que confiamos en el Internet de las Cosas para conseguir la conexión entre vehículos e infraestructura, o para lograr que se hagan realidad las Smart Cities, estos avances pueden influir positivamente en las vidas de millones de personas en todo el mundo.
Se estima que hay más de 285 millones de personas en todo el mundo con discapacidad visual, de las que cerca de 40 millones son invidentes. Los avances para conseguir hacer la vida urbana más fácil a estas personas tienen que ver con sistemas de comunicación que detectan la posición e indican a estas personas datos como la distancia hasta una intersección, por ejemplo.
En 2015 se presentaba InMoBS, un sistema desarrollado por Siemens en Alemania, basado en una aplicación de smartphone que guiaba al usuario en sus desplazamientos a pie gracias a la interpretación de los datos de posición y estado transmitidos por los elementos urbanos y de control de tráfico.
El proyecto contaba con dos tipos de información: la procedente de los vehículos conectados (car2car) y la que viene directamente de las señales de tráfico (car2x). No se implantó en la práctica, pero sirvió como base para otros proyectos.
Más recientemente, Chen-Fu Liao, investigador del Centro de Estudios de Transporte en Minnesota, trabaja en una aplicación que utilizará un sistema Bluetooth para ayudar a los peatones con discapacidad visual a caminar por las calles de la ciudad. Este proyecto se pondrá a prueba este otoño y, para ello, el investigador instalará el software Bluetooth en múltiples intersecciones.
La idea es utilizar balizas Bluetooth instaladas en seis intersecciones alrededor del centro de la ciudad de Stillwater. El sistema podrá estimar la ubicación del peatón usando señales Bluetooth y compartir esa información con dispositivos cercanos. La información se enviará a la aplicación de smartphone del usuario, como cuánto tiempo más tienen para poder cruzar la calle, o si hay algún obstáculo en su camino.
Otro proyecto interesante y con vocación global es el de NaviLens, que ha puesto en marcha una prueba piloto en Murcia con el objetivo de probar un sistema basado en códigos BIDI. El sistema, una aplicación para smartphone, posee un algoritmo basado en visión artificial capaz de detectar múltiples marcadores a grandes distancias.
La potencia del invento radica en que se puede detectar cualquier señal en cuestión de milisegundos, y que esta detección puede hacerse en movimiento o con la imagen desenfocada. Mediante este sistema, las personas con discapacidad visual pueden tener toda la información que necesitan al alcance de la mano.
Por ejemplo, cuando se acercan a una estación de metro equipada con NaviLens, los usuarios acceden a la aplicación y sostienen sus teléfonos para buscar una etiqueta que reproduzca un mensaje audible en su dispositivo. Este mensaje les indicará a cuántos metros y en qué dirección encontrarán un ascensor en funcionamiento. A medida que se acercan al elevador, la información se actualiza continuamente con la distancia al mismo.
La tecnología ya puede proponer soluciones que mejoran la movilidad de las personas con discapacidad visual, que aumentan su seguridad cuando se desplazan por la ciudad, y todo ello sin grandes disrupciones.