La innovación te diferencia. Si te distingues, triunfas. El éxito te lleva a la rentabilidad (en cualquiera de sus formas), el objetivo de las empresas. Llámese también mejorar, evolucionar… Y si es posible en todos los ámbitos. Las aseguradoras lo saben.
Para algunas esa innovación es una estrategia prioritaria con el fin de competir. Sobre todo en los seguros de automóvil, porque al ser un producto similar en todas las compañías, lo que determina la elección de uno u otro es el precio. Una reducción excesiva de este, conllevaría una pérdida de calidad. La clave: imaginación, cambio, originalidad, perfeccionamiento, invención.
De igual manera hasta la fecha han surgido iniciativas claras para que tu conducción quede registrada y te beneficie en la tarificación y en los servicios que derivan de esta tecnología, también puede quedar tu salud: con wearables, en otro ejemplo de cómo la tecnología puede influir en las estrategias de las aseguradoras. Estos dispositivos con forma de pulseras o relojes registran parámetros como las calorías quemadas, kilómetros recorridos, el ritmo cardiaco o el tiempo de sueño. Algunas compañías ya están experimentando con ellos y ofrecen descuentos a quienes caminan entre 7.000 y 10.000 pasos al día durante un periodo de un mes.
Estos aparatitos podrían ayudar a las aseguradoras a cambiar la forma en la que se relacionan con los asegurados. Todos los datos de salud y comportamiento proporcionados se utilizarían para mejorar la prima si el cliente adopta un estilo de vida más saludable, en un pay as you live. De momento, se están llevando a cabo proyectos pilotos. Para 2018, los consumidores lucirán casi 112 millones de wearables, estima IDC. Para la consultora Steel PA Consulting, las compañías aseguradoras adoptarán el uso de estas tecnologías portátiles para mejorar la salud del paciente y reducir costes. Aunque su uso también plantea interrogantes sobre la exactitud de los datos recogidos o una posible intromisión en la privacidad del usuario.