En pleno debate sobre el futuro de las pensiones, Analistas Financieros Internacionales (Afi) ha presentado un informe en el que se desgranan las ventajas de uno de los productos financieros para la jubilación más populares. Prueba de ello es que cada vez más, los mayores de 65 optan por complementar así su pensión: al final de año pasado, 17.800 transformaron el dinero logrado con la venta de patrimonio en un ingreso para toda la vida, según los datos de Unespa.
Un incremento al que sin duda ha contribuido la ventaja fiscal que se proporciona a las personas mayores de 65: al vender un patrimonio (vivienda, depósito, acciones, fondo de inversión, traspaso de negocio, licencia…) no pagan todo el impuesto correspondiente a las ganancias patrimoniales derivadas de esa venta (plusvalías), siempre que ese dinero se vaya a destinar a una renta vitalicia y no sobrepase los 240.000 euros.
Aparte de ese trato fiscal ventajoso, es un instrumento que garantiza un complemento mensual a la pensión independientemente del tiempo que se viva, explica Afi. Y pone un ejemplo: “Percibir una renta vitalicia mensual de 600 euros a partir de los 65 años requiere acumular un ahorro de 122.000 euros, como consecuencia de su cálculo actuarial y la mutualización del riesgo de longevidad, mientras que para obtener esos mismos 600 euros mensuales en una inversión estrictamente financiera requeriría acumular un ahorro de 242.000 euros (casi el doble)”.
Afi también destaca la flexibilidad y la adaptabilidad de las renta vitalicias, ya que es el propio titular el que decide la prima a pagar y, además, es un producto que permite recuperar una parte o todo el capital asegurado, que pueden recibir los herederos y que garantiza un tipo de interés a largo plazo. Con este instrumento, “los ciudadanos se cubren frente a dos riesgos muy importantes: la longevidad (vivir más que los ahorros que uno tiene) y la volatilidad de los mercados”, detalla el informe.
El estudio cifra en 350 euros la merma económica que una persona que se retire hoy experimentará en su vida de jubilado. Para compensar esta pérdida , necesitaría transformar 63.000 euros en una renta vitalicia, apunta Afi.
Foto: Ken Teegardin