Gran parte de la población vive en ciudades. En concreto, a nivel mundial, el 50% se concentra en entornos urbanos, mientras que en España alcanzamos el 70%. A pesar de que los esfuerzos se centran cada vez más en crear espacios naturales dentro de las ciudades, de hacerlas más sostenibles y de acabar con la contaminación ambiental y acústica, nos falta naturaleza en nuestras vidas.
El contacto con la naturaleza es muy beneficioso. Respiramos aire puro, nos alejamos del hormigón, del tráfico, del estrés diario, de las aglomeraciones de gente. Hacemos deportes como senderismo, o simplemente nos pasamos un buen día de campo con los nuestros. Un nuevo estudio austriaco (La función para los estados afectivos de los elementos antropogénicos medioambientales y de la concentración de cortisol al practicar senderismo de montaña) sugiere que hasta el contacto más leve con la naturaleza nos beneficia a todos los niveles.