Cuando uno piensa en un seguro, lo primero que se le viene a la cabeza suele ser uno de estos tres tipos principales: coche, hogar o salud. Pero en realidad, existen tantos seguros diferentes como ‘objetos’ asegurables, y esos objetos pueden ser tan diversos como podamos imaginar.
Basta con que exista algo cuya pérdida o deterioro suponga pérdidas, a su vez, de ingresos, para ser susceptible de ser asegurado, y en algunos casos, por verdaderas millonadas. Los que vamos a ver son, quizás, los seguros más estrambóticos del planeta.