El diseño de los puestos de trabajo no favorece la incorporación de mujeres a puestos directivos. Esta es una realidad palpable en la gran mayoría de las empresas a nivel global y es, en gran medida, algo que debe cambiar en el futuro inmediato.
Las empresas tienen muchas tareas pendientes, tanto en el incremento de la presencia femenina en cargos de dirección, como atendiendo a las diferencias en retribuciones entre los géneros, lo que se conoce como brecha salarial.