Muchas familias y particulares tienen la necesidad de disponer de dinero con cierta inmediatez para afrontar algún imprevisto. Estos pueden ser de cualquier tipo, desde pagar una deuda que acumula intereses —como una multa o sanción administrativa—, pasando por arreglar una avería en casa o en el coche o un gasto escolar.
Dentro de la categoría de préstamos personales, existen los préstamos rápidos. Se caracterizan por tener unos requisitos más relajados que los «normales», porque se pueden contratar a través de Internet, o por teléfono, y porque las cantidades a las que se accede son relativamente pequeñas.