En la época estival es frecuente que muchos estudiantes dediquen parte de su tiempo libre a un viaje de estudios, normalmente para aprender o perfeccionar idiomas. Entre las muchas cosas que estos estudiantes deben preparar se encuentra el seguro de viajes, para poder hacer frente a cualquier situación inesperada que pueda surgir en el extranjero.
Existen muchas modalidades de seguros de viaje que se adaptan a las necesidades particulares de cada cliente. Salir al extranjero sin una cobertura adecuada nos puede salir muy caro, mientras que el acceso a un seguro que cubra cualquier eventualidad lo podemos incluir como una parte imprescindible de nuestro presupuesto estival.
Estos son los motivos para disponer de cobertura allá donde vayamos
En los viajes de vacaciones puede pasar cualquier cosa, aunque lo más importante y lo que pasa más a menudo es que, simplemente, disfrutamos y nos lo pasamos en grande sin ninguna preocupación extra.
El caso es que, por precaución, disponer de un seguro de viaje adaptado a nuestras necesidades nos puede ayudar a superar el contratiempo de la pérdida de nuestro equipaje, por poner el ejemplo más común, pero también nos puede ser de ayuda si necesitamos ayuda médica en el destino, o en caso de problemas con el alojamiento.
Es importante detallar e informarse bien de las coberturas disponibles, tanto las obligatorias como las opcionales antes de contratar este seguro, y por supuesto escoger la mejor opción según el tipo de viaje que realicemos. Por ejemplo, existe un seguro específico y flexible adaptado a viajes de estudios, viajes de idiomas, viajes de verano al extranjero o viajes de formación, tanto a nivel individual como para grupos.
Estos viajes de estudios, de verano o de intercambio están pensados para que quien los realiza aproveche una estancia productiva, y no se tenga que preocupar si cae enfermo, o si su equipaje sufre daños en el trayecto (o se pierde), o si necesitase realojamiento en un hotel. Además, muy importante, cualquier necesidad de repatriación quedaría cubierta.
Como decimos, las eventualidades en un viaje pueden ser ilimitadas, incluyendo la posibilidad de que haya que volver del viaje antes de tiempo (algo que suele tener un coste elevado, un cambio de billetes asociado…), o que el viajero sufra retrasos en sus conexiones o el tan nefasto overbooking.
Si es necesario desplazar a un familiar (en el caso de enfermedad o accidente, por ejemplo), un buen seguro puede cubrir esos gastos. Y no nos podemos olvidar de que, en el caso de los estudiantes, un viaje programado con meses de antelación se puede cancelar o ir al traste simplemente por suspender una asignatura. Contratar un seguro de viaje a medida es una buena idea. Lo más probable es que no lo tengamos que utilizar, pero llegado el caso agradeceremos haberlo contratado.