El término insurtech es bastante reciente, y como sabemos sirve para definir a las nuevas startup del sector seguros que se basan en la tecnología para desarrollar productos novedosos. Son compañías eminentemente tecnológicas, pero con mucha formación en seguros detrás, y también responden a una creciente necesidad por parte de los consumidores: un mayor nivel de personalización, y sobre todo más transparencia.
Ese uso de la tecnología actual permite a las insurtech entender mejor las expectativas del cliente y ofrecer productos más personalizados, sobre todo a clientes con pequeños negocios, ya que al tener menores necesidades que las grandes superficies o negocios, suelen tener relaciones menos desarrolladas con sus compañías de seguros, lo que los hace el target perfecto para las nuevas insurtech.
Estas compañías están liberadas de los sistemas y procesos heredados de las compañías tradicionales, y por tanto están encontrando vías para recolectar y entender mejor los datos de los consumidores, teniendo así la oportunidad de diseñar productos más personalizados de una manera más eficiente. La experiencia digital que ofrecen a los usuarios de sus servicios está lejos de la opacidad más tradicional.
Esta opacidad en los procesos de la que se escapa es la que hace a algunos productos de seguros difíciles de comprender en su totalidad por parte de los consumidores, y que en cierta medida es un factor que puede frenar la contratación de los mismos. Gracias a esta nueva transparencia, derivada sin duda de la mayor capacidad de personalización del producto, las insurtech están atrayendo cada vez más inversión, con una cifra global en lo que va de 2016 de más de 1.000 millones de dólares.
La consecuencia de estas altas inversiones es que cada vez existen más insurtech en el mercado, y estas van ganando terreno en ciertos grupos de consumidores, sobre todo en el caso de los particulares y los pequeños negocios.
La insurtech supone una revolución en el sector asegurador porque es capaz de eliminar intermediarios entre el cliente y la compañía de seguros al ofrecer toda la información necesaria en un solo lugar, como una app para smartphone, o una web completamente autónoma. Para los millennials esto es muy importante, pues están más predispuestos a utilizar una aplicación en sus teléfonos, e interactuar con ella con más frecuencia de la tradicional: un aviso por carta en las fechas en que es necesario renovar una póliza.
Además, el nivel de personalización es muy elevado al hacer un mayor uso de los datos relevantes que están ahí, disponibles para que cualquiera los estudie, y que pueden ayudar a identificar nichos de mercado, y por supuesto ayudan a escapar de la filosofía «un tipo de seguro para todo el mundo». Ahora, es posible diseñar un seguro a medida del cliente utilizando correctamente los datos disponibles.
Por estas razones, el futuro de las insurtech aparece ligado a los clientes individuales, a perfiles muy concretos de clientes y a pequeños negocios. Por ejemplo, es posible idear seguros de viaje específicos para personas con ciertos requisitos de salud, o personalizar un seguro de auto para diferentes franjas de edad, o incluyendo cláusulas específicas para sectores con necesidades especiales, con mucha más facilidad que hace unos años.