Cuando se contrata un seguro, la prima a pagar por el asegurado varía en función de sus características (edad, experiencia al volante, estado civil, etc.). Por eso, el precio del seguro es distinto para cada persona. Otra parte del importe viene fijada por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP): ese dinero se destina a cubrir siniestros no cubiertos por los seguros, como los atentados terroristas o los terremotos. A estas dos cantidades se añade otra derivada de los gastos administración, recargo de seguridad, comisiones y margen de beneficios. También se incluyen los impuestos (su cuantía depende de lo estipulado por la DGSFP). Todo ello conforma el precio del seguro.
La cuantía basada en las particularidades de la persona indica el nivel de riesgo del asegurado. Para calcular este último, la compañía se basa en datos objetivos proporcionados por distintas estadísticas (prácticas actuariales). Por ejemplo, está demostrado que los conductores jóvenes tienen más accidentes que los de más edad. Por eso, cuanto más joven sea el conductor, más riesgo, y más sube la prima a pagar. Cada aseguradora cuenta con sus propias estadísticas elaboradas con los datos provenientes de su cartera de asegurados. En el caso del seguro de Automóvil, se toman como referencia, por ejemplo, la edad, el estado civil, los años de carné de conducir, las características del vehículo o si se aparca en un garaje, también la zona de circulación.
De igual manera se calcula el precio en los seguros de Salud o de Hogar. En los primeros, influye la edad pero también el estilo de vida. En los segundos, el tipo de construcción, las condiciones de la vivienda, etc. En los seguros de Vida el precio se calcula en función de tablas de mortalidad.
Además de estos factores, el historial de siniestralidad del asegurado también influye en el precio final del seguro. Al año de estar asegurado, si este está “limpio” de siniestros, se reciben bonificaciones y se paga menos por el seguro.
Realizar un cálculo adecuado del precio del seguro es vital para una aseguradora. La balanza debe estar equilibrada con un precio competitivo y a la vez suficiente para cubrir todos los gastos. Con el fin de garantizar la solvencia.
Más Información | ¿Cómo se calcula el precio de un seguro? Factores que influyen en el cómputo de las primas (Revista La Fundación, nº 23, Junio 2013, sección seguros)