Hoy, afortunadamente, vivimos muchos más años una vez jubilados. Pero no estamos concienciados de la necesidad de ahorrar desde jóvenes para esa etapa de la vida hasta que no vemos más cercana la jubilación. Si ya te has decidido a ahorrar, empieza por informarte de qué tipos de productos existen con ese fin. El más conocido y habitual son los planes de pensiones. Pero hay más opciones, por ejemplo, los planes de previsión asegurados, unos productos muy similares pero que aseguran por ley una rentabilidad.
Antes de abrir un plan de pensiones, lo primero que debes hacer es comparar para ver cuál se ajusta más a tus necesidades. La oferta es muy numerosa, así que mira con calma todas las opciones. La comisión de gestión no puede superar el 1,25% y la de depósito el 0,20 %.
¿Sabes qué perfil tienes? La elección de uno u otro plan va a estar condicionada por esta característica. Si tiendes a ser conservador, entonces lo más recomendable para ti son los planes de renta fija. Por el contrario, si eres más de arriesgar en la inversión, la mejor opción son los de renta variable. Y si prefieres la moderación, la alternativa son los planes mixtos, es decir, los que combinan renta fija con renta variable.
La edad es otro de los aspectos determinantes para contratar un plan de pensiones. A mayor edad, se aconseja una inversión más conservadora. Y al revés, cuanto más joven, más arriesgada. Por eso, es recomendable cambiar a otro plan de pensiones según vayas cumpliendo años. Esto se conoce como traslado de derechos consolidados y no conlleva ningún coste.
Pero si lo que quieres es que alguien esté pendiente por ti de estos traspasos, el programa Tu Futuro de MAPFRE te asesora y se encarga precisamente de esto. Es una opción gratuita que ajusta de forma automática el ahorro destinado a la jubilación de cada cliente a su propio perfil de riesgo en función de su edad. Más cómodo imposible.
Foto: The.Comedian