Muchos de los avances en la industria aeroespacial han dado el salto a otros ámbitos y se han implantando en el día a día de nuestras vidas, por ejemplo en cirugía ocular o en alimentación. Lo mismo sucede con una técnica desarrollada por la Agencia Espacial Europea (ESA) para comprobar la resistencia del hardware y el software de los vehículos que viajan al espacio: también sirve para incrementar la seguridad de los coches.
Aplicado a los vehículos, este programa sirve para asegurar si funcionan bien los sistemas informáticos de los automóviles durante la conducción. LA ESA utilizó este software, llamado Xception, para comprobar los efectos de la radiación cósmica en los ordenadores de las naves espaciales basándose. Y con este mismo programa se usa como herramienta para garantizar el funcionamiento del pequeño ordenador que controla la pantalla del salpicadero. Los investigadores también lo están probando para ayudar a verificar el funcionamiento de los sistemas de seguridad del coche, como los frenos.
Dice la ESA que el coche sea probablemente la máquina más avanzada que poseemos. «Tiene hasta 60 procesadores diminutos, pequeños cerebros que se encuentran integrados bajo el capó, en el motor, los espejos, las llantas, el tanque de gasolina, los asientos, el reposacabezas y el parachoques. Y el software que controla cada sistema es complejo». La informatización constante de los coches, añade, hace que sea un imperativo que cada procesador funcione de forma impecable.
Próximamente, con este software también podrían examinarse otras funciones basadas en microcomputadoras, como la navegación, el control de crucero, los sensores de estacionamiento y el motor y la caja de cambios de gestión. Esto da una idea de cómo los coches actuales cada vez son más tecnológicos, por ejemplo para la conducción autónoma, y se parecen cada día más a sofisticados ordenadores.