Según un informe publicado recientemente por FUNDACIÓN MAPFRE, tener más de 65 años significa tener un alto riesgo de muerte a la hora de sufrir un atropello. Así se destaca en “Atropellos y personas mayores: lesiones, factores y propuestas”, un informe en el que se destaca la necesidad de concienciar a peatones y conductores sobre la vulnerabilidad de las personas mayores.
Teniendo en cuenta que las calles y las travesías son los lugares más frecuentes en los que sucede este tipo de accidentes, este informe destaca la importancia que tiene mejorar su mantenimiento y diseño, así como fomentar el uso de prendas reflectantes en este colectivo y promover la utilización de sistemas de detección de peatones en el vehículo con el fin de garantizar la seguridad vial de los mayores.
Análisis del origen de este tipo de atropellos
El objetivo de este estudio es valorar las consecuencias, circunstancias y factores que intervienen en este tipo de accidentes, que en 2013 crecieron un 8 % con respecto al año anterior y que acabaron con la vida de 222 peatones mayores, 16 más que en 2012.
Los atropellos más frecuentes suelen producirse cuando un vehículo gira a la izquierda en intersecciones o dando marcha atrás, por la negligencia de conductores distraídos que no respetan los pasos de cebra o cuando los peatones cruzan calzadas por lugares indebidos.
Además, el informe señala la extrema fragilidad de las personas mayores. Muchas veces el impacto se produce a velocidades muy bajas, sin producir apenas daños en los vehículos pero con consecuencias fatales para los peatones mayores, bien de modo inmediato o meses después del siniestro. En este sentido, del estudio se desprende que el 84% de los peatones fallecidos pierden la vida en calles y travesías urbanas.
Medidas para reducir la siniestralidad
Se ha llegado a la conclusión de que es posible reducir el número y las consecuencias de este tipo de atropellos, pero para conseguirlo es necesario mejorar la concienciación de los conductores sobre la vulnerabilidad de los mayores y promover el uso de ropa clara con elementos fluorescentes y reflectantes.
Asimismo, también se ha detectado la necesidad de realizar un estudio en profundidad que permita incrementar la seguridad de los pasos de peatones y reforzar su mantenimiento, mejorando su iluminación y señalización. También se propone identificar y divulgar las rutas más seguras y se recomienda a los centros de mayores, los ayuntamientos y a la policía local que se impliquen más para mejorar la seguridad vial de este colectivo.
Los vehículos también pueden contribuir a reducir este tipo de accidentes con la instalación de sistemas de detección de peatones con frenada automática, que permiten evitar el 40% de los fallecimientos por atropello, y los sistemas de detección de obstáculos traseros (con sensores y cámaras de visión).
Foto | Enric Capoll