Las motos y su relación con el tráfico en las ciudades, carreteras y autovías, siempre están en boca de todos. Las motos, entendiéndose que hablamos desde el más pequeño ciclomotor, pasando por los scooter, motos de campo, chopper o deportivas (cualquier tipo de moto, en resumen) están en el centro de toda discusión sobre seguridad vial y con toda la razón.
Existen buenos y malos conductores en cualquier tipo de vehículo, pero en los de dos ruedas llaman más la atención. Parece que los conductores de «cuatro ruedas» se ven más responsables que los de dos, y que los de «dos ruedas» se ven como perseguidos por los de cuatro. La realidad es que una moto ocupa menos espacio, es menos visible y puede verse envuelta en una situación peligrosa «por arte de magia».
Mira este vídeo de una campaña de seguridad vial y piensa más en las motos
La atención sobre lo que nos rodea debe ser constante. Las motos no tienen por qué ir más rápido de lo debido para encontrarse con problemas en la calle: simplemente, son menos visibles. Ocupan menos espacio en el carril, son más ágiles, algunas hacen muy poco ruido (si hablamos de las eléctricas, no emiten un ruido que podamos percibir desde dentro del coche) y no todos los motoristas encienden las luces de día (algo que mejora mucho su capacidad de «ser» visibles).
En ocasiones, el hecho de que un motorista con su ciclomotor pase cerca de los coches aparcados es una situación que tiene riesgo para él, aunque en principio piense que así deja paso a los demás conductores «sin molestar». Precisamente por esa creencia, hemos de tener mucho cuidado cuando nos apeamos del coche, abriendo la puerta de par en par sin habernos fijado en el motorista que viene tranquilamente, y que se encuentra de sopetón con la puerta bloqueando su trayectoria.
En los cruces en carretera, la cosa tiene más peligro. Si normalmente, cuando conducimos nuestro coche, vemos «de todo», desde coches que cambian el sentido de la marcha entorpeciendo a los demás, más lentos de lo debido o en lugares prohibidos, si vamos en moto la realidad es que nos respetarán menos.
Y un conductor no debe respetar más o menos a otro según el vehículo que lleva: debe ser igual de respetuoso con todos por igual. Lo que ocurre es que cuando se trata de una moto, el piloto es quien absorbe la mayor parte del golpe, y por eso desde aquí pedimos a todos los conductores que extremen las precauciones, que echen un último vistazo siempre antes de arrancar, salir del coche o cambiar el sentido de la marcha, porque la moto puede salir de la nada en el peor momento.
En el Blog de MAPFRE | OBJETIVO CERO, una iniciativa de FUNDACIÓN MAPFRE para reducir la siniestralidad de los motoristas
Foto | feans