La llegada del verano y el calor conlleva la apertura de las piscinas públicas y comunitarias, que se llenarán de bañistas ansiosos por refrescarse. Todos, niños y mayores, debemos seguir una serie de pautas para disfrutar de un baño seguro en las piscinas,. Y es que no olvidemos que, según Fundación MAPFRE, el ahogamiento representa una de las 10 principales causas de muerte por lesión no intencionada en niños y jóvenes. Por eso en este artículo nos vamos a centrar en los más pequeños.
Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), el 80% de los ahogamientos infantiles suceden en piscinas privadas. La inmensa mayoría de estos fallecimientos se podrían evitar con dos medidas sencillas: que aprendan a nadar lo antes posible y con un adecuado vallado de la zona.
Consejos para disfrutar de las piscinas con seguridad
- Supervisión continua: los pequeños deben estar supervisados en cada momento, sin perderlos de vista en ningún caso. Es una tarea que puede recaer en un adulto, por turnos, pero que no se puede dejar al azar.
- La norma 10/20 está pensada para mayor seguridad de los niños. Cada 10 segundos, como máximo, el adulto responsable debe mirar a la piscina para comprobar si sucede algo y debe poder llegar al lugar del incidente en menos de 20 segundos.
- Evitar los riesgos innecesarios y no dejar nada al azar. Por ejemplo, no podemos correr el riesgo de dejar sin supervisar a un pequeño que podría llegar por sí mismo a la piscina, y caer dentro de ella sin que nadie lo advierta.
- Los elementos de seguridad nunca sobran: desde el correcto vallado de la piscina, cierres, pasando por salvavidas o flotadores, una pértiga y, por supuesto, el teléfono, listo para llamar a emergencias en caso necesario.
- Los niños deben aprender a nadar lo antes posible. Primero, a flotar; luego a nadar y a bucear —algo que puede ayudar a los niños a llegar a la orilla con cierta seguridad—.
- Por mucho que el niño sepa nadar, los accidentes pueden suceder en cualquier momento. Una caída, un empujón, un corte de digestión o un golpe de calor podrían suceder, así que seguiremos supervisando igualmente, aplicando la norma 10/20.
- El mayor peligro para un niño que ya sabe nadar es el exceso de confianza y que se agote sin darse cuenta. Por ello, debemos hablar con ellos para que sean prudentes, pero, sobre todo, seguir vigilándolos y actuar ante cualquier señal de alarma.
Tanto los niños como los adultos deben conocer el procedimiento a seguir en caso de emergencia por ahogamiento. En primer lugar, el PAS —Proteger, Avisar, Socorrer—, que es el mismo procedimiento a seguir si presenciamos un incidente en la carretera. En segundo lugar, deben conocer el número de emergencias —112— y cómo solicitar ayuda. En tercer lugar, saber cómo hacer la Reanimación Cardiopulmonar.