Las funcionalidades de Internet de las Cosas (Internet of Things en inglés) se multiplican conforme la tecnología evoluciona y se expande por diferentes escenarios.
Uno de estos escenarios, quizás menos identificado al principio, es la seguridad vial, pero tras un análisis detallado, se ve que se trata de un ámbito donde las conexiones entre máquinas (M2M, máquina a máquina) de carácter móvil ofrecen muy diversas posibilidades.
De hecho, la opción de que los vehículos y las infraestructuras se comuniquen entre sí para ofrecer información de valor para los conductores se antoja cuando menos útil. Si a eso le añadimos que en un futuro no muy lejano los coches serán autónomos y requerirán de estos datos para ofrecer una conducción totalmente segura, podemos decir que estamos en los albores de lo que IoT puede hacer por optimizar la seguridad vial.
Cómo se emplea Internet de las Cosas en este cometido
El mejor modo de mostrar los beneficios de implementar esta tecnología es mostrando ejemplos como el que recientemente acaban de presentar la DGT junto a Telefónica y Seat.
Estas organizaciones presentaron sendos casos en los que IoT ayudaba a reducir los accidentes: por una parte avisaba de la presencia de un ciclista rodando por una carretera y por otro de la presencia de un vehículo averiado en la calzada. En tiempo real, la información llegaba al conductor, que así estaba preparado para tales “encuentros”. Por lo tanto, los automóviles conectados cuentan con información precisa para adelantarse a los posibles peligros que aparecen durante un trayecto.
Este proyecto solo es un ejemplo de cómo Internet de las Cosas mejora la seguridad vial. Otras opciones como la utilización de sensores en los propios coches que recaban información sobre el estado del asfalto, o de sensores implantados en el mismo pavimento también proporcionan datos interesantes para salvaguardar la seguridad de las personas que viajan en coche.
Automóviles conectados
Obviamente, Internet de las Cosas será mucho más útil con el aumento de coches conectados por las carreteras. En este sentido, hay que apuntar un estudio realizado por la consultora Gartner, que estima que en el año 2020 habrá unos 250 millones de coches conectados en todo el mundo y habla de la importancia de IoT para la implementación de los citados modelos autónomos.
Sensores como los existentes que avisan de una avería o de un accidente que requiera una intervención de emergencia, o simplemente aquellos que evalúan el cansancio de los conductores ya están poniendo su granito de arena en pos de la seguridad al volante.
Y esto solo es el principio, las empresas de mensajería ya emplean IoT y Big Data para que sus transportes realicen rutas optimizadas y reduzcan las posibilidades de accidente y avería, lo que demuestra que la conexión entre dispositivos será una de las piedras angulares de la seguridad vial a partir de ahora.