En los últimos meses se ha escuchado mucho el término «fake news», o noticias falsas. La cantidad de información que se genera a diario es cada vez mayor, y en medio de ese océano de datos nos podemos encontrar una proporción nada despreciable de este tipo de bulos.
En efecto, se pueden definir las «fake news» como contenidos seudoperiodísticos difundidos a través de cualquier medio —desde portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales— con el único objetivo de la desinformación.
Desinformación, engaño, manipulación de la audiencia, enaltecimiento de personas u organizaciones,… todo sirve. Además de esto, es posible sacarles rendimiento económico gracias a la publicidad online en las páginas web que alojan estos contenidos.
No todas las noticias falsas tienen un fin malicioso. Podemos encontrar muchos ejemplos de informaciones que, simplemente, son incompletas o están equivocadas, sin que ello signifique que persiguen la manipulación.
Sin embargo, son igual de perniciosas cuando se hacen virales. Sea como sea, las noticias falsas son un gran problema y debemos saber cómo identificarlas, así como recordar que no debemos propagar los bulos.
Para entender el alcance del problema nos remitimos al I Estudio sobre el impacto de las Fake News en España elaborado por la Universidad Complutense de Madrid, en el que se revela que el 86% de la población española se cree las noticias falsas. Además, el 60% de los españoles cree saber identificar las noticias falsas, pero solo el 14% es capaz de hacerlo con eficacia.
Los riesgos a los que se expone la sociedad ante estas noticias falsas —y su propagación— son numerosos, por ejemplo:
- Robo de credenciales, uno de los principales riesgos del phishing, también. Al acceder a la noticia puede ser invitado a iniciar sesión en su red social habitual.
- Infección por malware. Si la noticia requiere instalar algún tipo de complemento para poder visualizar un vídeo o abrir un archivo adjunto, estamos ante un riesgo elevado de sufrir brechas de seguridad, robo de información o filtración de datos personales.
- Riesgos para la salud. En este caso, la propagación de rumores falsos puede atentar contra la salud, al hacer creer a los usuarios en la eficacia de tratamientos no probados, sin ninguna garantía médica o no avalados por la OMS.
- Daño en reputación online. Ya sea un usuario de a pie, o una empresa, la viralización de noticias falsas, rumores o bulos puede dañar enormemente la reputación y llegar a provocar enormes pérdidas económicas —en el caso de las empresas—.
Para evitar caer en las redes de las noticias falsas o «fake news» es bueno seguir estos consejos que nos dan desde la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI):
- Contrasta la información y no divulgues noticias falsas, ya que algunas pueden generar situaciones de riesgo.
- Si tienes dudas, pide ayuda. Consulta a entidades de confianza.
- Como siempre, mantén actualizados tus dispositivos, así como activo tu antivirus para evitar infecciones en caso de resultar ser víctima de una noticia falsa.