El coworking es una manera de trabajar que permite a diferentes profesionales compartir un espacio de trabajo común con el fin de poder desarrollar su actividad. Muchos espacios de coworking cubren, a bajo coste, la necesidad de tener una oficina, mientras que otros fomentan proyectos conjuntos, innovación e interacción entre profesionales.
Se atribuye el inicio del movimiento de coworking a Brad Neuberg, en San Francisco, en 2005. La idea que tenía era combinar el trabajo independiente con la estructura y la comunidad de un espacio de oficina. Es una forma de trabajo con muchas ventajas, pero sobre la que hemos de poner atención en cuestiones de seguridad.
Hoy, la protección de datos es fundamental. Con normativas como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), garantizar la privacidad y la integridad de las comunicaciones, así como generar un entorno protegido son prioridades ineludibles.
Por eso, los espacios de coworking deben asegurar que se cumple con las normativas y responsabilizarse de gran parte de la seguridad. Por ejemplo, deben disponer de redes wifi con muy alta seguridad y ofrecer conexiones distintas, con cortafuegos diferentes y sectorizados.
De esta manera, cualquier amenaza para la seguridad afectará a una parte de la red, mientras que el resto de la misma estará aislado y protegido. Muchos espacios de coworking ya cuentan con medidas de seguridad propias para evitar filtraciones de datos, robo de equipos u otros tipos de ciberataque.
Sin embargo, los espacios de trabajo compartidos no son responsables del 100% de la seguridad, sino que son los propios usuarios los que deben completar el círculo de la seguridad.
Qué puede hacer el usuario del coworking por su seguridad
Cada usuario es responsable de sus dispositivos y de mantenerlos lo más seguros posible. En este sentido, las contraseñas seguras, la autenticación en dos pasos y los métodos alternativos de autenticación como la huella digital o el reconocimiento facial son clave para mantener nuestros dispositivos seguros.
De todas maneras, si dejamos el portátil abierto a la vista de todos, y «abandonado» sin supervisión, podemos estar poniendo en riesgo nuestros datos y la información confidencial propia, la de la empresa con que trabajamos, o la de nuestros clientes.
Además de este grave fallo de seguridad, otros malos hábitos de los trabajadores son una fuente enorme de amenazas. Desde el uso de contraseñas débiles o compartidas por varios servicios, hasta la no instalación de las actualizaciones de seguridad del software que utilizan. Lo No obstante, los espacios de coworking son, en general, entornos de trabajo seguros para los trabajadores por cuenta propia y las pequeñas y medianas empresas. Fomentan el trabajo en equipo, permiten hacer contactos y reducen los costes de oficina.
También son espacios seguros en el terreno informático, pero todos los usuarios deben aportar su granito de arena con buenas prácticas. De esta forma, la seguridad de la información estará garantizada.
Totalmente cierto.
Estos espacios aseguran la eficiencia, productividad y sinergia que se necesita en el desarrollo laboral.
Gracias por compartir.
¡Saludos!