El sueño, o más bien su falta, es un problema muy extendido en nuestra sociedad. Ya sea porque tenemos hijos pequeños, por problemas de estrés o por cualquier otra causa, el insomnio pasa facturas elevadas a la salud general de la población.
Además, un sueño irregular y no satisfactorio lleva a sufrir problemas de rendimiento laboral, aunque lo más grave siempre está relacionado con nuestra salud. Por eso se insiste tanto en el número de horas más indicado para dormir habitualmente.
Las «terapias digitales», una forma de generalizar la salud
Una posible solución, o al menos una gran ayuda para muchas personas que tienen problemas de sueño, podría venir de la mano de las terapias digitales que se definen (Wikipedia) como «un subconjunto de la salud digital, consistente en intervenciones terapéuticas basadas en evidencia impulsadas por programas de software de alta calidad para prevenir, controlar o tratar un trastorno o enfermedad médica».
Un ejemplo lo tenemos en Sleepio, una aplicación para el insomnio que dispone de un terapeuta animado que ofrece lecciones orientadas a la modificación del comportamiento, para favorecer el sueño.
Otras enfermedades o trastornos que pueden beneficiarse de estas terapias digitales podrían ser la esquizofrenia y la esclerosis múltiple. Se trata de un campo aún por explorar, pero que promete crecer y establecerse. Muchos expertos coinciden en que las aplicaciones de terapia digital serán más accesibles e involucrarán muchos menos costes que las sesiones presenciales con expertos.
Regresando al caso de Sleepio, esta aplicación ha sido desarrollada por la empresa Big Health, que es una de las compañías que están llevando al mundo digital tratamientos como la terapia cognitiva conductual, o ideando nuevas terapias (tratamientos basados en videojuegos para niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad, por ejemplo).
Este tipo de aplicaciones deben estar reguladas y necesitan el apoyo de las compañías de salud, gobiernos e instituciones. Son, al fin y al cabo, «aplicaciones que precisan de prescripción médica».
Existe una barrera para estas aplicaciones, y es que existen algunos grupos de expertos que sugieren que no tienen el mismo valor terapéutico que el de un profesional, en una sesión in situ.
De hecho, la realidad actual de las terapias digitales es que están siendo analizadas rigurosamente, y se están realizando cada vez más estudios para comprobar los efectos terapéuticos, si estos son iguales o mejores que los de los tratamientos convencionales y si pueden ser útiles de manera masiva.
Con el paso del tiempo iremos viendo cada vez más aplicaciones de este tipo que resultarán de gran ayuda para los casos más comunes de insomnio (y otros trastornos) al convertirse en «consejeras», guiando a las personas hacia unas rutinas más saludables.