Seguro que alguna vez, cuando tú o alguien de tu familia habéis enfermado, has buscado información en internet sobre los síntomas y el tratamiento de esa dolencia. ¿A que sí? Uno de cada tres españoles efectúa este tipo de búsquedas de forma habitual, según los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Y es algo completamente normal, a no ser que se convierta en una obsesión. Entonces se trata de un problema que se conoce como cibercondría o hipocondría digital.
Sucede cuando una persona hipocondríaca, -es decir, que se preocupa excesivamente por su salud y piensa constantemente que tiene una enfermedad grave- busca información en Internet compulsivamente, para comprobar si tiene los síntomas descritos en la web y autodiagnosticarse. Por la percepción de amenaza se desencadena ansiedad, aunque realmente no existe un verdadero peligro. Es una preocupación innecesaria, entre otros motivos porque la fuente de información a la que se acude puede no ser fiable.
Para evitar uno mismo este “efecto secundario” de la era digital, es importante acudir a información fidedigna, con contenidos elaborados por profesionales médicos o webs de referencia en salud. Una vez que se ha leído, la respuesta debe ser ir al médico para someterse a un examen y saber si existe de verdad motivo de preocupación o no. Si en vez de esto, la búsqueda en Internet acelera el ritmo cardiaco, entonces puede haber un problema de cibercondría.
Como trastorno psicológico que es, el tratamiento para superarlo debe consistir en reducir la ansiedad del cibercondríaco. Uno de los que se ha mostrado eficaz es la terapia cognitiva-conductual (CCT). En ella, el terapeuta estudia «los pensamientos, sentimientos y comportamientos para determinar si no son realistas o son perjudiciales, cómo se afectan entre sí y cómo afectan al paciente. Después, ayudará a determinar cómo cambiar los pensamientos y comportamientos perjudiciales”, explica la Sociedad Española de Psiquiatría. Solo una visita al terapeuta determinará qué tratamiento necesita el hipocondríaco para superar esa angustia.
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