El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un trastorno de origen neurobiológico que puede tener componentes genéticos y que se caracteriza por un desarrollo inapropiado del nivel de atención y mayor hiperactividad. Este trastorno suele reconocerse en niños menores de 7 años. Actualmente, lo padecen entre un 2 y un 5% de la población infantil española. El TDAH es crónico y comienza a revelarse antes de los 7 años. Se estima que más del 80% de los niños continuarán presentando problemas en la adolescencia, y entre el 30-65%, en la edad adulta.
Los pacientes con TDAH pueden tener dificultades para mantener la atención, pueden ser hiperactivos e inquietos, y/o pueden actuar de forma impulsiva. Los síntomas del TDAH se manifiestan en distintas actividades y áreas, como el colegio, el trabajo o en cualquier otro ambiente social.
Existen muchos mitos y falsas verdades entorno a este trastorno. Por ejemplo, hace unos años, se consideraban un factor de riesgo las complicaciones en el parto o inmediatamente después del parto. Hoy se considera que muchos de los casos de TDAH presentan un componente genético. Por tanto, cualquiera de los dos factores es determinante para su aparición.
Otro mito que gira en torno a estos niños es que son mentirosos y desobedientes. El niño con TDAH no es mentiroso, pero su conducta suele provocar castigos y puede mentir para evitarlos, igual que lo hacen otros niños. Con frecuencia, no cumple con lo que le solicitan padres y maestros; esto ocurre por varias razones. A veces no pone suficiente atención, otras veces se siente incapaz de hacer lo que le piden. En muchas ocasiones “está harto” de que le manden hacer cosas y luego le critiquen por hacerlas mal, de modo que prefiere no hacerlas.
Por otro lado, el niño con TDAH no se porta mal a propósito; su conducta responde a causas neurobiológicas ajenas a él. Por tanto, la aplicación de castigos sin ningún otro tipo de técnica o tratamiento empeora el comportamiento de los niños con TDAH en lugar de mejorarlo.
También se tiene la creencia que estos niños necesitan clases especiales. Si bien los síntomas del TDAH influyen en el rendimiento escolar, no afectan necesariamente a la capacidad intelectual. Los niños con TDAH pueden necesitar intervenciones de tipo pedagógico, pero no clases diferentes al resto de sus compañeros.
Hoy en día, el TDAH se considera uno de los trastornos más importantes dentro de la Psiquiatría Infanto-Juvenil, constituyendo cerca del 50% de su población clínica.
¿Consideras que estamos preparados para tratar, socialmente, el TDAH?
Vía | Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (FEAADAH)
Foto | Padres o nonoes