Entre las comidas de empresa, reuniones con amigos y las celebraciones propias de estas fiestas, resulta casi imposible no coger algo de peso en Navidad. ¿Quién se resiste al turrón o al roscón de Reyes? Una vez al año no hace daño, dice el refrán. Asumido esto, siempre es posible controlarse e intentar no sobrepasar los límites de lo aceptable. Si ese es tu objetivo, te proponemos seguir estos consejos.
1-No te prives de nada, pero todo con moderación. Parece obvio, pero luego en la práctica resulta difícil de llevar a cabo. Contrólate. Si optas por platos pequeños, te servirás menos. La cantidad importa (mucho). Así que nada de repetir. En las cenas y comidas de los días festivos, si puedes prescindir de ciertos alimentos, por ejemplo el postre, el pan, y/o el alcohol, mejor.
2-Diseña un menú equilibrado. Si el plato principal aporta demasiada grasa, compénsalo con entrantes o postres ligeros. Los pescados al horno, a la plancha o en papillote siempre son buena opción. Cocinadas de la misma manera, también las carnes magras, como el pavo. El marisco es fuente de proteínas y omega 3. Las salsas caseras siempre mejor que las compradas, tanto en lo nutricional como en calorías. Por qué no, incluye frutas y verduras. Sobre todo reduce la ingesta de carbohidratos.
3-Bebe entre 1,5 y 2 litros de agua al día. Si bebes antes de las comidas, se produce un efecto saciante y comerás menos.
4-Come despacio. Masticando lo suficiente, saboreando cada bocado.
5-Haz ejercicio para compensar el exceso. Aunque solo puedas caminar, al menos te mueves y estás activo. Que te tomes vacaciones por Navidad no significa tomártelas también en el gimnasio.
6-Pésate a diario. Sin obsesionarte, es una buena forma de controlar el peso. Hazlo siempre a la misma hora. Lo mejor es nada más levantarte, en ayunas y sin ropa.
Aunque en Navidad se duerme menos, si estás bien descansado en mucho menos probable que te apetezca comer alimentos muy calóricos como los dulces o la snacks.
Foto: José Luis Ruiz