Cuando escuchamos hablar de tecnología médica y telemedicina, de la medicina del futuro o de conceptos similares, en ocasiones nos viene a la mente el concepto “biónico”, eso que entendemos como añadir o sustituir elementos ‘robóticos’ al cuerpo humano, ya sea para mejorarlo, o para lograr implantar un brazo artificial a una persona que perdió el suyo en un accidente.
Sin embargo, a pesar de que las tendencias pueden parecer menos “espectaculares” que las prótesis controladas por la mente, existen muchos retos y muchos avances interesantísimos en estos campos, como las lentillas ‘solares’, o las nubes de datos sobre salud, con evidentes implicaciones en el Big Data.
No podemos dejar de lado los wearables con aplicaciones para la salud, ya que son uno de los elementos con mayor potencial y con más posibilidades de acercarse al gran público. Eso tiene sus propios riesgos, ya que será el público quien tendrá que discriminar si el wearable en cuestión es fiable, o no lo es. También los gobiernos tendrán algo que decir al respecto.
Un peligro real de los wearables con nuestro historial clínico o con información médica es que, en caso de ser sustraído el dispositivo, y liberada o vendida la información que contiene, tendríamos un serio problema, no solo por la protección de datos, sino porque podría influir en las pólizas de los seguros de salud, o bien provocar la cancelación de las mismas.
Análisis predictivo y Big Data
La tecnología, y en concreto la nube, permiten acumular grandes cantidades de datos médicos (confidenciales y protegidos adecuadamente, claro) que sirvan para su procesamiento. Estamos hablando de procesamiento de datos médicos sin relacionar con los datos personales, es decir, datos anónimos pero que pueden servir para estudios y también para otros menesteres.
Por ejemplo, se puede utilizar el Big Data para prevenir picos de trabajo o lo contrario, momentos de baja actividad, de forma que se puedan planificar mejor los turnos y tener refuerzos cuando más se necesitan (como el proyecto IBM Watson Health); otro ejemplo es el de analizar cómo se producen y evolucionan las enfermedades o infecciones que se dan en los hospitales.
Telemedicina real
Hoy, la telemedicina no es más un asunto de futuro, porque la tecnología permite establecer desde una consulta a distancia, hasta operar pacientes desde miles de kilómetros, con el instrumental adecuado.
Realidad virtual
No nos podemos olvidar de la realidad virtual, que permitiría cosas como la enseñanza de la cirugía y la anatomía; ayudar a enfermeras y médicos a encontrar las venas para la extracción de sangre para análisis; ayudar a los niños a mantenerse quietos en las máquinas de resonancia magnética, y muchos casos más.
Vía | Tech Republic
El gran riesgo de los datos médicos será separar los puramente médicos a efectos de análisis estadísticos de los personales. Deberemos confiar n que viajarán por separado. Si van juntos y se manipulan será un desastre para los usuarios.