La relación entre la longevidad y la alimentación parece cada vez más sólida. De la misma manera que una dieta inadecuada puede llevarnos a padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y otros trastornos, una dieta equilibrada y saludable puede ayudarnos a vivir más, y mejor.
En el mundo existen diferentes tipos de preferencias dietéticas, unas más saludables que otras, o con una variedad mayor de alimentos al alcance. La dieta mediterránea, por ejemplo, es una de las «culpables» de que España esté cerca de situarse en el primer puesto mundial en cuanto a longevidad en 2040.
Existen lugares donde se puede verificar la existencia de grandes comunidades de personas centenarias, como es el caso de la isla de Okinawa, en Japón. Allí, de entre esas personas tan ancianas, el 82% de los individuos son independientes a una edad media de 92 años, y casi dos tercios lo son a la avanzada edad —media— de 97 años.
Es, en realidad, muy impresionante certificar que personas cercanas a los 100 años sean capaces de desenvolverse de manera independiente —por ejemplo, para cocinar, hacer las tareas de casa o, simplemente, vivir una vida plena—. La dieta y los factores ambientales y genéticos podrían ser las causas de una longevidad tan extensa y en tan buenas condiciones.
Al parecer, el control calórico es fundamental en la dieta de estas personas. En esencia, el principio de todo esto es hara hachi bu o, en su traducción aproximada, dejar de comer cuando estamos llenos en un 80%.
Esto significa que deberíamos quedarnos con un poco de hambre antes de terminar nuestro plato. La razón biológica es sencilla: el estómago envía señales de saciedad con unos 20 minutos de retraso. En ese tiempo podemos ingerir un exceso de calorías que no necesitamos y que se incrementan si, además, no masticamos adecuadamente o comemos con prisa.
En los Estados Unidos, el consumo medio de calorías para un hombre es de 2.500. En Okinawa, no suele pasar de 1.900 calorías. La diferencia es sustancial y si añadimos a esta forma de enfocar la alimentación la cantidad de actividad física que realizan, los resultados son obvios.