Cada 31 de mayo, desde 1988, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus asociados celebran el Día Mundial Sin Tabaco. El consumo del tabaco es la principal causa evitable de muerte y enfermedad en el mundo, según la OMS, y por ello mueren más de 7 millones de personas al año, con un coste económico global que supera los 1,4 billones de dólares por año, 400.000 millones de ellos en gastos médicos directos y un billón en indirectos.
Resulta preciso recordar que el tabaco no afecta sólo a aquellos que lo consumen directamente, sino también a los que la Asociación Española Contra el Cáncer, AECC, denomina como “fumadores pasivos”: todos aquellos que en algún momento han estado expuestos al humo del tabaco ajeno. Afectados que pueden incluso morir: de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud son alrededor de 900.000 los “fumadores pasivos” que fallecieron en 2018 en el Mundo.
A todo ello se suma el riesgo que existe asociado al tabaquismo como, por ejemplo, fumar mientras se conduce (distracción mínima -pero importante- de 4 segundos), que supone pérdida de contacto visual en carretera y falta de atención momentánea. Algo que también puede ser mortal para el conductor y los acompañantes.
Este año la OMS ha lanzado una campaña centrada en el «Tabaco y la salud pulmonar» con la que quiere informar sobre las consecuencias negativas que tiene el tabaquismo para la salud pulmonar y también sobre la importante función que desempeñan estos órganos a los que el tabaco pone en peligro con enfermedades como el cáncer pulmonar (esta sustancia está vinculada con el 87 % de los cánceres de pulmón) o las enfermedades respiratorias pulmonares.
Pero la necesidad de concienciar a la población sobre los efectos adversos del tabaco aumenta cuando, en todo el mundo, se calcula que 165.000 niños mueren antes de cumplir 5 años por infecciones de las vías respiratorias inferiores causadas por el humo de tabaco ajeno (OMS). Por ello entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) está el de reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles para 2030.
En esta concienciación es clave, además, hacer un llamamiento a los padres y otros miembros de la comunidad para que adopten medidas por el bien de su propia salud y la de sus hijos.