Partiendo de la base de que el ejercicio regular y suave nos beneficia a todos, existen cada vez más estudios y estudiosos que afirman que practicar deporte en todas las etapas de la vida hace que nos mantengamos jóvenes.
En realidad, el hábito de hacer ejercicio durante toda la vida nos puede ayudar a mantenernos más fuertes durante la tercera edad. En concreto, el corazón, los pulmones y, en general, la musculatura se mantienen mucho mejor en las personas mayores que han hecho ejercicio regular durante décadas.
José Viña, catedrático de Fisiología de la Universidad de Valencia, se dedica a investigar cómo mejorar la vida en la vejez. En sus trabajos, no solo analiza los efectos de la dieta sana y equilibrada; de dejar el consumo de alcohol —o moderarlo mucho— o de no fumar; sino que ha descubierto también que el deporte es decisivo a la hora de mantener un cuerpo joven y fuerte, incluso pasados los 60, 70 u 80 años.
Viña habla de la importancia de llegar a la vejez con buen estado general y un cuerpo en forma —siempre relativizando las cosas, sin exagerar— y no solo
por el beneficio personal que a uno le aporta tener una buena salud . El investigador afirma que “el gasto en atención sanitaria a una persona mayor de 65 años vigorosa supone unos 900 euros al año” mientras que, en comparación, una persona dependiente puede llegar, de media, a un gasto 14 veces superior.
Además, sostiene que el ejercicio puede revertir los efectos de la fragilidad geriátrica —la dificultad para realizar determinados movimientos o acciones, aun pudiendo completarlas—. Un aspecto clave del ejercicio que propone hacer unas cinco veces por semana es que sea aeróbico, como andar deprisa o incluso correr. Eso sí, siempre con supervisión médica y siguiendo unas pautas de prudencia esenciales.
Este reciente estudio viene a afirmar algo muy similar a lo que predica José Viña. En él se analiza la salud de los músculos esqueléticos y la salud cardiovascular en personas que han hecho ejercicio regular durante gran parte de su vida, cuando llegan a la tercera edad.Los resultados del estudio mostraron cómo los deportistas “de toda la vida” tenían un sistema cardiovascular que parecía 30 años más joven. Es algo sorprendente, puesto que se sabe que, para el adulto promedio, la capacidad de procesar oxígeno disminuye en aproximadamente un 10% por década después de cumplir los 30 años.
Por otro lado, la musculatura de personas de 75 años que llevan décadas haciendo ejercicio regular se ha mostrado igual, en líneas generales, que la de individuos sanos de 25 años. Esto, que puede parecer increíble, constata que el ejercicio regular a lo largo de toda la vida no tiene mas que efectos beneficiosos para nuestra salud. En cualquier caso, nunca es tarde para empezar y conseguir llevar una vida más saludable y vigorosa.