Correr en ayunas, o hacer cualquier tipo de ejercicio físico sostenido y de cierta intensidad sin haber comido algo antes, no solo no es muy sano, sino que puede ser peligroso según el ejercicio y la persona. Es un mito el hecho de que se quemen más grasas al hacer ejercicio en ayunas, porque la realización de un ejercicio quema la misma cantidad de calorías en ayunas, que en el caso contrario, y no depende tampoco de la hora del día.
Aclaramos esto ya al principio del artículo porque creemos que los mitos de este estilo hay que descartarlos cuanto antes, mejor, porque pueden incidir directamente en la salud de las personas. Estar en ayunas significa haber pasado un período de tiempo más largo del habitual sin ingerir alimentos, y eso es lo que sucede desde que terminamos de cenar, hasta que nos levantamos a la mañana siguiente.
En ayunas no tenemos suficiente combustible para ejercicio intenso
Cuando dormimos, nuestro cuerpo entra en reposo, pero sigue quemando energía, y por tanto, a la mañana siguiente tendremos menos reservas disponibles, y entre otras cosas, menos glucosa en sangre, que es, digamos, el combustible del cuerpo. A partir de la glucosa en sangre se obtiene energía de forma rápida, que es la que nos hace capaces de hacer ejercicio intenso (también la quema de grasa, pero es un proceso más lento).
Si corremos, o hacemos ejercicio intenso en ayunas, podemos sufrir una hipoglucemia, que no es más que una bajada del nivel de azúcar en la sangre, que tiene síntomas como malestar general, mareo, temblor o sudor frío. Podemos sufrir un desvanecimiento, si el ejercicio es lo suficientemente intenso y tenemos poca cantidad de combustible para los músculos. Nótese que hablamos de ejercicio intenso, como lo es salir a correr por la mañana (es intenso para un gran porcentaje de la población).
Si ingerimos alimentos, si desayunamos antes de hacer deporte, tendremos niveles de glucosa más altos en sangre y dispondremos de la energía necesaria para desempeñar esos ejercicios que tanto nos benefician en cuanto a salud física y mental, pero sin el peligro que conlleva una hipotética hipoglucemia en medio del esfuerzo físico. Si en vez de correr nos planteamos hacer ejercicios suaves y de corta duración, no debería haber peligro.
Sin embargo, sabiendo que la quema de calorías tiene que ver con el tipo y duración del ejercicio, sabiendo que la quema de grasa se consigue normalmente una vez que agotamos las reservas de glucógeno (a partir de la media hora de ejercicio, como referencia), ¿por qué entrenar en ayunas?
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