El sol y el calor van a poner a prueba nuestra piel en verano. Durante los meses previos, hemos protegido la piel bajo prendas de abrigo, pero con la alegría primaveral, cada vez mantenemos más superficie de nuestro órgano más grande al aire, con el consiguiente resultado de que está más expuesta a inclemencias del tiempo, cambios de temperatura y, por supuesto, el sol directo.
Para preparar tu piel de cara al verano debemos seguir una pauta simple de cuatro pasos, al menos, y recordar que una dieta saludable y ejercicio físico regular contribuyen a mantener la piel en su mejor momento.
El primer paso: la limpieza
La higiene es algo fundamental en cualquier época del año, pero en verano sudamos más y mantenemos la piel en contacto con el agua de mar (los afortunados), el cloro de las piscinas, la arena, las cremas de protección solar,… Limpiar bien y frecuentemente la piel es fundamental, pero no conviene excederse para no disminuir sus defensas y deteriorar el manto hidrolipídico, que es una capa protectora formada principalmente por un equilibrio entre sebo y sudor. En fin, se trata de una protección natural de la piel que ha de mantenerse equilibrada con una correcta limpieza.
Tras la limpieza de la piel, una buena exfoliación nos va a ayudar a eliminar células muertas y contribuirá a renovar la epidermis, además de contribuir a la activación de la circulación y, entre otras cosas, evitar que el vello se enquiste y nos provoque molestias mayores. La exfoliación es algo que normalmente haremos una vez a la semana porque es un proceso agresivo para la piel. Para ello deberemos encontrar el producto adecuado, que no nos haga daño, pero que consiga la exfoliación completa que necesitamos.
Tercer paso: nutrición e hidratación
La piel es el espejo de lo que comemos y lo que bebemos, así que (sin ser un consejo específico para el verano) debemos mantener una dieta sana y equilibrada. Eso no significa «ponerse a dieta», sino equilibrar la ingesta de alimentos, algo que en verano es fácil de conseguir porque aumentamos, o podemos aumentar, mucho a ingesta de frutas y verduras, hacer comidas ligeras, frescas y saludables, y beber zumos y mucha agua.
Beber agua es importante para hidratarnos por dentro, pero tampoco debemos descuidar la hidratación externa: una buena crema hidratante que nos apliquemos regularmente dará vida a nuestra piel, y la ayudará a recuperarse del estrés diario.
Cuarto paso: protección
El verano es una época de mucho sol, al menos en casi toda la península, y como mínimo debemos tener en cuenta que los rayos del sol inciden tirando a perpendicular con respecto a la superficie de la Tierra, o como se suele decir, «el sol pica en verano». La protección solar es algo conveniente durante todo el año porque protege la piel de los rayos ultravioleta, algo que en invierno no parece «grave», pero que siempre está ahí cuando el sol nos incide en la piel.
El cuidado de la piel con cremas específicas de mayor o menor factor de protección es fundamental para que luzca sana todo el año, y por supuesto, para prevenir el cáncer de piel. La moda del bronceado va y viene, pero lo más razonable es seguirla con productos que nos ayuden a conseguir un tono de piel que nos guste, pero sin arriesgar la piel con un exceso de radiación ultravioleta.
Hay que decir que estos cuidados para la piel no hacen distinción entre sexos: un hombre puede cuidar la piel igual que una mujer. Posiblemente no necesite o no quiera utilizar tanta variedad, ni aplicar los «extras» como las mascarillas hidratantes, o tratamientos posteriores, pero limpiar la piel frecuentemente, exfoliar una vez a la semana e hidratar, así como protegerla del Sol, debería ser algo común para todo el mundo. Ah, ¡y no nos olvidemos de los niños!
Foto | dani vr, Timo Neumann
2 respuestas a Consejos para preparar tu piel de cara al verano