En esta época del año, la primavera, es frecuente encontrar multitud de artículos sobre cómo combatir la alergia si vamos a conducir. Es el momento, no hay nada de malo en ello, y efectivamente es algo que debemos recordar y tener en cuenta año tras año, porque supone ponernos en un riesgo muy evidente, y también evitable.
Sin embargo, en comparación se le presta menos atención a los cuidados y precauciones que debemos tener en casa si somos alérgicos. Es el lugar donde pasamos la mayor parte del día, o al menos toda la noche, un momento en el que lo que no puede suceder es que tengamos un episodio de alergia que nos limite el descanso. Por eso vamos a ver cómo podemos limpiar el hogar para evitar las alergias.
La limpieza es primordial para mantener a raya las alergias
Es lógico, pero también hay que tener en cuenta que, lo primordial, es limpiar bien centrándonos en eliminar las fuentes alérgenas. Todo el mundo mantiene su casa limpia, por eso recalcamos que hay que ir directamente a por las fuentes de las alergias: polvo, ácaros, polen…
Pasar la aspiradora con frecuencia es fundamental, sobre todo si la aspiradora dispone de un filtro HEPA, y hay que atacar con decisión las alfombras, si las tenemos en casa. Con filtros HEPA, las aspiradoras pueden absorber alérgenos como el pone, los excrementos de los ácaros y, esperemos que no sea el caso, de insectos como las cucarachas.
La limpieza regular del polvo es algo que no se nos puede pasar, y mejor que usar un plumero, que dispersa más que recoge, el truco está en usar un trapo humedecido, de forma que el polvo se quede adherido a la tela. Muy eficaz.
El dormitorio es la habitación del hogar con mayor probabilidad de alojar inquilinos molestos, como los ácaros y el propio polvo (¿sabes de qué se compone el polvo de casa?). La ropa de cama proporciona un caldo de cultivo genial para estos seres, y por eso es conveniente ventilarla muy bien antes de hacer la cama, y lavarla al menos una vez a la semana con suficiente temperatura.
Cuanta más humedad y calor haya en una estancia o en un objeto (sábanas, cobertor, etc.), más rápido crecen los ácaros del polvo. Por tanto, ventilación y limpieza son fundamentales.
En el caso del polen, la mejor defensa es evitar que entre nada, pero es difícil ventilar el hogar sin abrir las ventanas, y tampoco podemos evitar traer polen adherido a nuestra ropa o al cabello, o a cualquier parte expuesta al aire. Por tanto, dos acciones muy efectias serán:
- Ventilar en los momentos de menor concentración de polen en el ambiente (5 o 10 minutos es más que suficiente para ventilar) y utilizar el aire acondicionado para controlar temperatura y humedad.
- Al llegar a casa, cambiarnos de zapatos y de ropa cuanto antes (y pasando por la cantidad mínima de estancias posible), y lavarnos bien manos y cara. Así estaremos reduciendo al mínimo la posibilidad de depositar polen en cualquier lugar.
Con todo, siempre existe la posibilidad de que haya polvo o polen en casa. Pocos sistemas de limpieza perfectos existen, exceptuando la esterilización completa (y no es que podamos hacerla todos…), pero al menos, con estos consejos reducirás mucho la presencia de alérgenos en casa.
Foto | María Marin