El tráfico, los coches y en general todos los vehículos con motor de combustión contaminan el aire y llenan las ciudades de polución. Con Madrid con restricciones de tráfico puntuales debido a los altos niveles de contaminación del aire, cabe preguntarse cómo afecta a nuestro cuerpo la contaminación, y precisamente, de qué se compone esa contaminación.
Básicamente la mayor parte de la polución son gases de escape de vehículos a motor de combustión. Esos gases de escape son el resultado de la propia combustión del diésel o de la gasolina, y dependiendo del tipo de combustible, variarán las proporciones de los gases y partículas componentes.
El aire contaminado se compone de partículas y gases de escape que afectan al organismo de las personas de diversas maneras. Este es un listado sencillo de los componentes de los gases de escape sin diferenciar el tipo de combustible, sino que simplemente vamos a ver el componente y cómo afecta al cuerpo humano.
- Partículas. Las conocidas «partículas» que no se suelen definir, y que entendemos como algo difuso, no son otra cosa que hollín y partículas diminutas de metales que dan al humo del escape ese color y textura que parece niebla. Las partículas más pequeñas son las más perjudiciales para los humanos porque son las que penetran en los pulmones a mayor profundidad. Son uno de los elementos de contaminación más importantes, y el diésel es el que más contribuye a emitir partículas.
- Hidrocarburos. Reaccionan con los óxidos de nitrógeno cuando están en presencia de la luz solar y forman ozono que, al nivel del suelo, es perjudicial para la salud por su carácter irritante. Suele ser el responsable de tos, sensación de ahogo, y la reducción de la capacidad respiratoria.
- Óxidos de nitrógeno (NOx), que también irritan los pulmones y nos bajan las defensas ante infecciones respiratorias como la neumonía y la gripe. Además reaccionan con los hidrocarburos, como acabamos de ver, para formar ozono a nivel del suelo.
- Monóxido de carbono (CO). Es un gas inodoro e incoloro, y venenoso. Se produce por combustión de los carburantes como la gasolina y lo producen principalmente los coches y camiones. El CO bloquea el oxígeno en el cerebro, corazón y otros órganos vitales y afecta sobre todo a personas con enfermedad crónica, los bebés y a los fetos.
- Dióxido de azufre (SO2), especialmente generado por la combustión del diésel. Puede reaccionar en la atmósfera para producir partículas diminutas, y es el principal factor de riesgo para niños pequeños y personas asmáticas.
- Contaminantes del aire peligrosos (y tóxicos), formados principalmente por bencenos, y que están relacionados con problemas congénitos, cáncer y otras enfermedades graves. Se estima que están relacionados con el 50% de lso casos de cáncer provocados por la polución.
- Gases de efecto invernadero, como el CO2, que contribuyen al cambio climático.
Como vemos, a pesar de que en las fichas de los coches se refieren casi siempre al CO2 y las partículas como principales elementos de control, los gases de escape contaminan de muy diversas formas y a través de diferentes gases componentes que merece la pena conocer. La norma Euro 6 anticontaminación se encarga de acotar las cantidades máximas permitidas de cada componente, como ya sabemos.
Mantener a raya el monóxido de carbono incorporar cada vez mejores filtros de partículas y reducir los contaminantes peligrosos es el futuro para la automoción, si es que primero no se establece el coche eléctrico como alternativa real de transporte.
Vía | U.C.S.