Tenemos la idea de que freír los alimentos es menos sano que otros métodos de cocinado. Efectivamente, esta técnica proporciona más grasa y, por tanto, más calorías, pero eso no significa que no sea saludable, todo depende de con qué se frían. Si es con aceite de oliva virgen extra (AOVE) y son verduras, es mejor freírlas que hervirlas, según un estudio de la Universidad de Granada: de esta manera, aportan más nutrientes beneficiosos para la salud.
Los investigadores realizaron las pruebas con berenjena, tomate, patata y calabaza. Las cocinaron de tres maneras, con aceite, hervidas con agua y hervidas con agua y aceite. El resultado fue que las verduras cocinadas solo con el aceite de oliva presentaban niveles más altos de fenoles naturales. Estos compuestos actúan como antioxidantes, ayudan a envejecer de forma más saludable, ya que actúan contra los radicales libres que dañan el ADN, y previenen algunas enfermedades como el cáncer o la diabetes.
“Los resultados muestran que la calidad de estas hortalizas mejora sustancialmente cuando se fríen en aceite de oliva virgen extra. Esto ocurre porque las verduras están enriquecidas con los fenoles del aceite, ya que estos no se encuentran en estas hortalizas”, explican los investigadores. También constataron esa transferencia de nutrientes al cocinarlos con AOVE y agua, pero no al hervirlos.
El aceite de oliva es una grasa saludable. Su principal componente es el ácido oleico, que “contribuye a disminuir el colesterol LDL (colesterol malo), sin reducir los niveles de HDL (colesterol bueno)”, según explica la Fundación Española del Corazón en su web. Aquí recomienda consumir de 3 a 6 cucharadas al día en total, es decir, sumando el de aliñar y el de cocinar.
Pero, además, existe una razón más para consumirlo: es el mejor para cocinar, especialmente el virgen extra, porque al alcanzar elevadas temperaturas resiste mejor y produce menos compuestos tóxicos que otras grasas.