Un siniestro es, por definición, la ocurrencia de un suceso amparado en la póliza de seguros. Cuando se produce comienzan las obligaciones a cargo de la compañía aseguradora, siempre que estén contempladas en la póliza contratada.
Hablamos de hechos imprevistos y fortuitos como un golpe que nos podemos dar con el coche al aparcar, un incidente en carretera, un incidente por la rotura de una tubería, un granizo que echa a perder la mitad de la cosecha o una lesión que nos impide trabajar.
¿Cómo se tramita un siniestro? ¿Qué debemos hacer tras el suceso y antes de llamar al seguro? Aquí te damos algunas respuestas.
Ante todo, mucha calma
Antes de llamar al seguro hemos de evitar posibles daños a mayores que se puedan producir si no controlamos la situación (el ejemplo más obvio es, en un golpe con el coche, señalizar bien nuestra situación para evitar más daños). Una vez superada la situación inicial, en el caso de un accidente con el coche se dispone de 7 días para dar el parte en la compañía de seguros, siempre es aconsejable detallar al máximo lo que ha sucedido en el siniestro. Si existen otros implicados, siempre es necesario, disponer de todos los datos posibles para que la compañía de seguros disponga de todos los datos necesarios para agilizar la tramitación. Un aspecto a tener en cuenta para agilizar la tramitación es que siempre que se pueda, resulta aconsejable rellenar la declaración amistosa de accidente.
Tramitación del siniestro
Este es un proceso interno de las aseguradoras y además puede depender de muchos factores, pero normalmente el proceso que se sigue es similar, y comienza con la recepción de la declaración que realiza el asegurado cuando sucede el siniestro. Es imprescindible que esta declaración sea lo más detallada y fiel a la realidad posible.
A continuación, la aseguradora comenzará con la apertura del expediente, al que se irán añadiendo los datos y actualizaciones de cualquier naturaleza que se vayan sucediendo. En paralelo se valorará el siniestro para establecer el coste a priori para la compañía aseguradora.
El siguiente paso será hacer las primeras comprobaciones, gracias a las cuales se podrá determinar si el siniestro es objeto de cobertura por la póliza. Si no fuera así se notificará al asegurado, y si lo es claramente se indemnizará al asegurado y se cerrará el expediente.
La figura del perito es clave en el caso de que haya dudas o que las circunstancias no sean tan claras de determinar, o bien si la situación es demasiado compleja. La figura del perito es clave es estos procesos, ya que valorará las consecuencias del siniestro y determinará las posibles causas.
Según sea su conclusión, se resolverá la tramitación, aceptando o no la indemnización.