Para mejorar la visibilidad nocturna durante la conducción en Noruega han desarrollado un sistema de iluminación inteligente controlado por radar.
El principal problema de la iluminación en los accesos a las poblaciones, o en las travesías, es que las farolas suelen emitir luz tenue. El motivo principal es ahorrar energía, porque salvo en accesos a grandes ciudades, el tráfico por carretera a altas horas de la noche no justifica una iluminación más potente. Sin embargo, esta carretera noruega con iluminación inteligente sí consigue un ahorro energético sustancial.
El sistema implementado permite modificar la intensidad del sistema de iluminación dependiendo del tráfico que soporte el tramo de carretera en el que está instalado. Es una alternativa mucho más eficiente, desde el punto de vista energético, que mantener una iluminación constante.
En Noruega se investiga el control por radar desde hace más de una década, pero la instalación de 220 unidades de radar en un tramo de aproximadamente nueve kilómetros de la autopista 155, es un verdadero hito por sus dimensiones. Las unidades de radar están montadas en unos postes a lo largo del recorrido y cuando se detecta un vehículo se calcula su velocidad. Entonces, las luces en el camino se iluminan al 100% y una vez superado el tramo vuelven a su estado por defecto, al 20% de intensidad.
¿Cuánto se ahorra con este sistema? Los cálculos arrojan una cifra estimada de 2.100 kWh semanales de ahorro frente a la alternativa de disponer la iluminación constante. Se estima que el sistema se hará rentable a los 5 años de su instalación, un período de tiempo relativamente corto cuando hablamos de infraestructura.
Cada farola se comunica de forma inalámbrica con las demás, de manera que cuando se detecta actividad (el paso de un vehículo), la luz se enciende y la detección se comunica a un número determinado de luces, durante un tramo limitado. Como resultado, los conductores, ciclistas y peatones experimentarán niveles normales de iluminación a lo largo de su ruta. Esta iluminación, además, tiene en cuenta el trazado de ese tramo en concreto y proporciona luz extra en zonas de poca visibilidad.
El resultado global es que se genera una «ola de luz» que sigue al vehículo en su camino, proporcionando visibilidad y, por lo tanto, mayor seguridad para el conductor y ocupantes. El sistema de control puede determinar cuántas farolas se iluminan dependiendo de múltiples factores, por ejemplo, la velocidad del vehículo. A mayor velocidad, más luces deben encenderse por cada segmento.
Además, este sistema no requiere de una instalación excesivamente costosa, pues es posible adaptar la iluminación existente conectando las unidades de radar, junto con las unidades de control, a las farolas. Y el ángulo de detección del radar se calcularía de manera específica para cada tramo, dependiendo de sus características.
Vía | Daily Mail