A pesar de que los coches son cada vez más tecnológicos y eficientes, así como seguros, nunca debemos descuidarlos. Existen malas costumbres, despistes o equivocaciones que parecen inocentes, pero que a la larga pueden provocar que el coche deba pasar por el taller y que, además, podemos evitar poniendo tan solo un poco de atención. Estas son las averías más comunes que hacen que tengas que llamar a la asistencia en carretera.
Batería sin carga
Quedarnos sin carga en la batería del coche implica llamar a la asistencia en la gran mayoría de casos. Esto puede suceder por muchos motivos, desde un mal mantenimiento de la misma, pasando por un fallo de los materiales, o simplemente por el hecho de dejarnos las luces encendidas mientras vamos a comer, o cuando nos disponemos a descansar. En ese caso, salvo que encuentres algún conductor con pinzas en el coche (algo cada vez menos frecuente, por cierto), tendrás que llamar a la asistencia.
Mantenimiento deficiente
Un mal mantenimiento, o bien saltarse los plazos marcados para los cambios de aceite y demás operaciones, significa que tenemos muchas papeletas para sufrir algún tipo de avería. Por ejemplo, quedarnos sin pastillas de freno, sufrir un pinchazo, que se nos rompa la correa de la distribución… Este último caso es el más peligroso porque implica una factura elevadísima, y el riesgo de romper el motor para siempre. El mantenimiento debe ser completo y correcto, si no estaremos más tiempo del deseable metidos en el taller. Y antes de salir de vacaciones, pasa una revisión.
Salir al campo por los caminos
Es una práctica que no tiene por qué tener ninguna consecuencia si utilizamos la cabeza. Si nuestro coche está preparado para circular por caminos y lo hacemos con suavidad y con cuidado, será una experiencia placentera. Pero más tarde, al regresar, asegúrate de que las entradas de aire y los filtros estén limpios de polvo y hojas, o vegetación, porque si no nos damos cuenta corremos el riesgo de sufrir una avería que, en un primer momento, no sabremos por qué se ha producido.
¿Se enciende un indicador en el salpicadero? ¡Hazle caso!
Cualquier indicador luminoso del salpicadero que se encienda mientras estamos de viaje debe ser atendido al momento. No importa que se encienda y se apague (es más, eso es todavía más inquietante), si algo nos avisa de un posible problema, debemos acudir a un taller a comprobar si el aviso implica una avería o es una falsa alarma. El hecho de no hacer caso a las indicaciones del salpicadero lleva, en casi todos los casos, a una avería de la que, por otro lado, se nos estaba avisando.