El coche conectado es el coche que, hoy en día, puedes comprar nuevo en un concesionario. ¿Qué significa «conectado»? Significa que el coche tiene los dispositivos necesarios para poder conectarse a la red de datos móviles y ofrecerte contenidos multimedia bajo demanda, proporcionarte información de tráfico y de incidencias en el mismo en tiempo real, y que puede ejecutar el navegador integrado sin la necesidad de disponer de un dispositivo extra.
Hace unos años, el coche conectado era un concepto futurista, y los bocetos e ideas que se podían encontrar en la red nos hablaban de coches robotizados, al más puro estilo K.I.T.T. de la serie «El coche fantástico». Como sabemos por experiencia, el futuro se ve siempre desde los ojos del presente, así que suele estar equivocado, o al menos, suele materializarse en objetos más prácticos, como es el caso del coche conectado que estamos comentando.
Un estudio del IAB nos dice que en 2018 habrá siete veces más coches conectados, y que el mercado mundial pasará de representar los 13.000 millones de euros de 2012 a los 39.000 millones de euros, tres veces más. A parte de la vertiente multimedia y de ocio para los pasajeros, lo más importante es lo que tiene que ver con la seguridad y el bienestar de conductor y ocupantes, pues las posibilidades en este campo son enormes.
El sistema eCall
El sistema de llamada de emergencia eCall será realidad en la mayoría de coches nuevos de aquí a pocos años, y por esa razón nuestra seguridad se verá incrementada sustancialmente, pues este sistema se encarga de contactar con los servicios de emergencia en caso de colisión o incidente, tanto si estamos conscientes como si no, reduciendo a la mínima expresión el tiempo de espera hasta que llegan los servicios médicos (la conocida como «hora de oro«).
En realidad, la llegada de la eCall de forma obligatoria en Europa es más bien un catalizador para acelerar la penetración del coche conectado en la sociedad, de igual manera que el fin del roaming también lo es.
La seguridad del coche conectado
Un punto interesante del coche conectado es su seguridad, pero lo especial del asunto es que tenemos que fijarnos en la seguridad de otra manera. En este caso no hablamos de seguridad tal y como la contemplamos con los dispositivos de seguridad activa y pasiva, o del aseguramiento del coche ante incidencias como colisiones o similar. Hablamos de seguridad desde el punto de vista informático.
En este sentido, el interés y el foco de estudio se centra en la protección que ofrecen los sistemas conectados ante posibles ataques informáticos, y hay que decir que las mayores compañías de seguridad informática llevan años trabajando en proteger el tráfico de datos entre dispositivos de este estilo, para garantizar que nadie pueda acceder a la ECU de nuestro coche, y menos aún interactuar con sistemas del mismo, como por ejemplo los frenos, el cierre centralizado o cualquier otro.
Por tanto, lejos de caer en el alarmismo, más propio de las películas donde los «malos» toman el control del coche y realizan todo tipo de fechorías, debemos saber que las compañías de seguridad y los fabricantes de automóviles llevan muchos años investigando, desarrollando y probando estos sistemas para que sean lo más seguros posible.