El miedo a conducir, un trastorno denominado amaxofobia, se puede superar con voluntad y trabajo. Existen algunas terapias basadas en el uso de aplicaciones y realidad virtual que ayudan a mejorar la conducción de las personas afectadas por este problema. Pero independientemente del método utilizado y del motivo del que provenga el miedo, el tratamiento para afrontar la amaxofobia siempre tiene de base una terapia psicológica y requiere de un psicólogo especialista en esta fobia.
Una vez que uno reconoce la existencia del problema —que es el primer paso para superarlo—, uno de los tratamientos más eficaces es la terapia de exposición, un tipo de terapia cognitivo conductual que en este caso se traduce en superar esa ansiedad conduciendo. Esto conlleva no solo la intervención de un psicólogo sino también de un instructor de seguridad vial.
La conducción como parte del tratamiento se efectúa de forma progresiva y, a ser posible, en vivo, no mediante realidad virtual, siempre de manera segura y controlada. Así se reduce la asociación entre lo que genera la ansiedad y la reacción emocional negativa. Es difícil al principio, pero el esfuerzo será recompensado poco a poco. El experto en seguridad vial explica cómo controlar el vehículo y su funcionamiento, lo que también ayuda a extinguir el pánico.
Cuando el miedo no llega a ser extremo, sino que simplemente se da en determinadas circunstancias o porque se ha pasado mucho tiempo sin conducir, se recomienda apuntarse a una autoescuela para dar alguna clase y enfrentarse al miedo con el apoyo de un profesor. También ayuda a superarlo que alguien acompañe en el vehículo. Si esto no es posible, el conductor debe circular en solitario por zonas sin tráfico y amplias gradualmente hasta recuperar la confianza.
Como complemento a esta terapia, la persona afectada debe practicar ejercicios de relajación a diario durante 30-60 minutos (pueden ser repartidos en varias veces a lo largo del día). Existen muchas técnicas, desde mindfulness o relajación muscular de Jacobson hasta el yoga o la hipnosis.
En resumen, se trata de confiar en que se puede superar, racionalizar el miedo, no evitar conducir y buscar la ayuda de un profesional.
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